¿Es posible recorrer 4.183,8 kilómetros con una moto sin parar a repostar? ¿Qué moto puede conseguir tal hazaña? Y lo que es aún más interesante, ¿qué depósito ha de llevar esa moto para conseguirlo?
La ambición por disponer de coches, y vehículos en general, con gran autonomía, viene de lejos. Los vehículos eléctricos han convertido a la autonomía, por cuestiones obvias, en una característica fundamental y condicionante. Los coches diésel, en el pasado, se erigieron como los adalides de la autonomía. Con un bajo consumo, y por norma general, eran capaces de permitirnos recorrer muchos más kilómetros con un solo depósito sin parar a repostar. En la actualidad no existe una fórmula general para aseverar qué coches son los que alcanzan más autonomía, aunque probablemente los turismos capaces de recorrer más kilómetros sin parar a repostar sean algunos modelos GLP – con doble depósito, de gasolina y GLP – y algunos diésel.
La autonomía también es una característica deseable en una motocicleta, ¿pero cómo se superan los 4.000 kilómetros?
Ni el mejor coche diésel
Acerbis anunciaba estos días que había conseguido su primer Guinness World Records, que no es otro el de haber recorrido en motocicleta la distancia entre su sede en Albino, Italia, hasta Cabo Norte, Noruega, sin parar a repostar. La ruta fue planificada con esmero para conseguirlo y la velocidad media a la que se hizo fue de 70 km/h, con Alicia Sornosa, Andrea Rastrelli y Maurizio Vettor relevándose a los mandos de la moto.
El 10 de junio comenzaba en Albino el viaje, con el depósito bien lleno, que no volvería rellenarse durante la ruta, tratando de llegar con él hasta Cabo Norte. El 15 de junio llegaban a su destino y confirmarían haber conseguido el Guinness World Records a la mayor distancia recorrida en una motocicleta – que en efecto es un prototipo – con un único depósito.
Los impulsores de esta iniciativa producen 5.000 depósitos a la semana en la fábrica de Acerbies en Vall’Alta. Para conseguir este reto calcularon que, como mínimo, necesitarían un depósito de 100 litros, por supuesto producido a medida.
Para una ruta tan larga, y necesitando tanta autonomía, uno hubiera imaginado que la mejor opción hubiera sido una moto rutera que, de serie, emplease un gran depósito. Una moto aventurera como una Honda Africa Twin roza los 25 litros.
Pero la opción escogida es aún más interesante. La preparación se llevó partiendo de una Honda Monkey, una motocicleta que brilla por su ligereza (104 kilogramos), por la robustez de su motor y, sobre todo, por unos consumos ínfimos, de 1,5 litros/100 kilómetros de serie.
El aspecto más destacado de la preparación de esta moto para afrontar el reto fue, sin duda, la sustitución del depósito original, de 5,6 litros, por un depósito de combustible de 108 litros. Un depósito diseñado a medida, y con unas formas que sirvieran para sustituir el revestimiento exterior de esta moto y fuera, a efectos prácticos, su carrocería.