El sueño de todo conductor. Un coche eléctrico que sea capaz de recargar sus baterías sin conectarse a la red, mientras está aparcado en la calle. Ese es precisamente uno de los objetivos de dos coches solares que os hemos mostrado estos días, el Aptera y el Lightyear 0. Ahora bien, ¿por qué no una moto eléctrica solar?
Estos días conocíamos un diseño tan fascinante como la propuesta propiamente dicha, el Stellar Landcraft que ha concebido el diseñador Fajar Ismail que, basado en el pequeño scooter eléctrico de Quest Motors, vislumbraría la idea de un scooter eléctrico y solar, ya no solo para su utilización en nuestro planeta, sino también para misiones espaciales.
¿Pero sería eso posible?
Las dificultades que presenta una moto solar
El gran problema de un vehículo que disponga de recarga solar reside en los requisitos de la generación de energía mediante placas fotovoltaicas que, primero, necesitan de una inmensa superficie y, segundo, incluso disponiendo de la superficie que razonablemente puede ofrecer un vehículo, el rendimiento que ofrecen sigue siendo muy limitado.
De ahí que vehículos como el Aptera dispongan de los paneles solares distribuidos por toda la superficie superior del vehículo y que vehículos como el Lightyear 0, incluso, hayan maximizado su planta – también para optimizar su aerodinámica – para alcanzar un área inmensa – 5,08 metros de largo por 1,97 metros de ancho – muy superior a la de la mayoría de los turismos.
Aún así, la capacidad de carga solar del Aptera y el Lightyear 0 – que equivale respectivamente a 64 kilómetros al día y hasta 70 kilómetros al día en condiciones muy favorables – es bastante limitada. De manera que, de ninguna de las formas, estos vehículos eléctricos van a conseguir recargar suficiente energía con sus paneles solares para poder estar en funcionamiento continuo sin parar a recargar conectándose a la red. Si bien es cierto sí ofrecen suficiente capacidad de carga solar como para hacer interesante su propuesta, al menos mientras estén siempre aparcados al aire libre y, preferiblemente, en zonas con una alta insolación media.
Regresando a la propuesta de Fajar Ismail, hemos de decir que el resultado es cuanto menos apetecible. Un diseño tubular para una scooter molona y atractiva, pero con un pequeño panel solar que mucho nos tememos estaría muy limitado, en un proyecto real, como para ofrecer suficiente potencia de carga como para ser útil.
Incluso en una misión espacial, en Marte, o la Luna, la capacidad de recarga mediante paneles solares sería limitada. De hecho, incluso en vehículos de exploración espacial, como Curiosity, Spirit y Opportunity, que son altamente eficientes, los ingenieros han tenido que diseñar estrategias de actividad e hibernación, o combinar paneles solares con otros métodos de obtención de energía, como generación mediante radioisótopos, para asegurarse de que sus vehículos cumplieran con la misión encomendada.
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