Sólamente 52 CV por litro de cubicaje. Si el motor tuviese 1,8 litros de cilindrada no llegaría a los 100 CV. 52 CV por litro es una potencia específica incluso impropia de un motor atmosférico de ciclo Atkinson, como los que podemos encontrar en un híbrido. No es muy lejana a la potencia específica de un diésel atmosférico. Y sin embargo, es la potencia específica del motor de gasolina de 2,5 litros que Mazda está a punto de comenzar a vender en España. Un motor que aunque no lo parezca, tiene todo el sentido del mundo.
2.5 litros para 140 CV… y todo el sentido del mundo
El motor se denomina 2.5 e-Skyactiv G, y es el reemplazo de los motores de 2,0 litros, tanto de 122 como de 150 CV, que podíamos encontrar hasta ahora en los Mazda3 y Mazda CX-30. Estas mecánicas ya eran peculiares en sí mismas: carecer de sobrealimentación en estos tiempos es una auténtica rareza, especialmente en vehículos que no son deportivos. Este propulsor desarrolla 140 CV de potencia y una cuantiosa cifra de par motor: 238 Nm, entregados íntegramente a solo 3.500 rpm. Este dato es muy importante en un motor atmosférico, y es una de sus claves.
Fotos del Mazda3 y Mazda CX-30
Aunque un motor atmosférico nos obliga más a jugar con la caja de cambios, un par motor elevado – y entregado a bajo régimen – reduce esta necesidad. Mazda no cree en el downsizing, si no en el «rightsizing». Crear motores de mayor cilindrada y potencia específica modesta, logrando prestaciones más que correctas con consumos, que a la hora de la verdad y en el mundo real, son muy contenidos. De hecho, son más contenidos que el consumo que se podría lograr con un motor sobrealimentado de menor cilindrada – y homologación de consumos inferior.
A nivel prestacional, el motor e-Skyactiv G de 2,5 litros es superior al motor de 122 CV, y ligeramente – muy ligeramente – inferior al de 150 CV, como era de esperar. Los datos exactos, analizados por modelos, los tienes en este artículo. Como referencia, homologa un consumo medio de 5,9 l/100 km en el Mazda3 con cambio manual, permitiendo un 0 a 100 km/h de 9,5 segundos. Es un cómodo término medio entre ambos propulsores salientes. Este propulsor cuenta, además, con etiqueta ECO de la DGT, gracias a su hibridación ligera.
Esta hibridación ligera funciona a 24 voltios, no a 48 voltios, como la mayor parte de alternativas de mercado. No solo apoya al motor en ciertas fases, como la aceleración, si no que refina y suaviza el funcionamiento del sistema stop & start. El último as en la manga de este propulsor es un sistema de desconexión de cilindros: en situaciones de baja carga, funcionará como un bicilíndrico de apenas 1,25 litros. El objetivo es un consumo real contenido, acompañado de la fiabilidad y refinamiento esperados por parte de un atmosférico de gasolina.
Mazda, como siempre, nada a contracorriente. En cuanto podamos, nos pondremos al volante de este interesantísimo motor.
Fotos del Mazda3 y Mazda CX-30
