Ganar las 24 Horas de Le Mans no es una tarea baladí, siendo una carrera no sólo muy larga sino que tiene fama de ser cruel – «Le Mans no le debe nada a nadie», se dice, como comprobó Toyota en aquel doloroso 2016 parándose su LMP1 cuando lideraba a escasos minutos del final. Por ello, ganarlas dos años seguidos y más con el actual plantel de coches Hypercar no es tarea fácil. Necesitas un gran motor… un motor que precisamente puedes tener en el garaje de tu casa, gracias a los que muy probablemente sean de los mejores fabricantes de motores en el mundo.
Ferrari 296 GTB y 499P, un gran nexo en común
Y es que, en esencia, el Ferrari 296 GTB/GTS de producción en serie y el Ferrari 499P Hypercar ganador de las ediciones 2023 y 2024 de Le Mans comparten el mismo corazón: el V6 híbrido a 120 grados. Esto también se extiende al 499P Modificata, la variante del Hypercar destinada a los clientes más especiales de Ferrari Corsa Clienti. Se trata de un motor 2.9 turboalimentado V6 híbrido que, en su versión de calle, genera 663 CV que se elevan hasta los 830 CV gracias al impulso híbrido. En esta prueba que hicimos puedes encontrar todo lujo de detalles sobre la experiencia al volante del 296 GTB.
En el caso del 499P, la potencia declarada es de unos 680 CV, si bien la potencia varía en función de los ajustes en el Balance of Performance del Mundial de Resistencia (que controla potencia, peso y energía del sistema híbrido para todos los LMH y LMDh para tratar de igualar el nivel de todos los equipos). Por normativa, en el caso de los Hypercar LMH como es el caso del Ferrari, el sistema híbrido no se activa hasta pasar los 190 kilómetros por hora, siendo de gran utilidad para las largas rectas en Le Mans.
En ambos casos el motor se ubica en posición central, pero de manera diferente. En el 296 se conecta al bastidor auxiliar mientras que en el 499P va sobre el bastidor que hace de chasis sobre el que se asienta tanto la suspensión como la caja de cambios (Tork). También varía en el hecho de que el 296 envía la potencia del motor eléctrico al eje trasero mientras que en el 499P ganador de Le Mans (este año además con Nicklas Nielsen, Antonio Fuoco y el español Miguel Molina) se conecta al eje delantero.
Pero, a grandes rasgos, el propulsor utilizado en ambos coches parte de la misma base – también podemos encontrar este motor en el 296 Challenge de la Ferrari World Challenge. Del V6 de calle también se basa el motor V6 que utiliza el 296 GT3 que compite en WEC o IMSA, además de haber ganado las 24 Horas de Nürburgring en 2023. En este caso hay partes rediseñadas, como el turbo dentro de la V, tanto para adaptarse a la normativa FIA GT3 como para lograr un conjunto más compacto y un menor centro de gravedad.
De un motor Ferrari a uno que no fue exactamente tal
Existe la confusión común de que el Alfa Romeo Giulia, el cual lleva una década vendiéndose en el mercado con éxitos menores a los que se merece, lleva un V6 2.9 Ferrari en su versión Quadrifoglio Verde. No es así, o no exactamente. Su V6 sí fue diseñado por Ferrari, pero no fabricado por ellos, siendo en este caso un diseño de motor a 90º en lugar de los 120º del 296 GTB.
De este motor 2.9 V6 turbo (que procedía de un V8 de Ferrari, en esencia ‘cortando’ dos cilindros) vendría después el motor 3.0 Nettuno que monta Maserati en su hipercoche actual, el MC20. En ambos casos se trata de motores con grandes prestaciones, pero no son al cien por cien motores Ferrari, sólo en su diseño. Ni tampoco se debería decir que el Nettuno sea 100% Maserati…
