Cuando una empresa tiene una base de consumidores de perfil muy definido con motivos muy claros por los que adquiere cierto tipo de producto, efectuar cambios sobre el mismo puede ser una arriesgada maniobra. Y este caso, precisamente, es el que representa la actual generación del Mercedes-AMG Clase C, que en su versión más potente no ha conseguido convencer a quien hasta ahora eran sus clientes.
Caracterizados por un rabioso motor de gran cilindrada, respiración atmosférica y cargado de personalidad, los modelos que más éxito han brindado a la división deportiva de la casa de Affalterbach, entre ellos el C 63, han llevado bajo su capó un V8 que por méritos propios está entre los motores más deseados de la historia del automóvil.

Mercedes-Benz Mercedes Clase C
Imágenes del Mercedes-AMG C63 S E Performance






Por contra, la etapa más prolífera de Mercedes-AMG, al menos en términos comerciales, se puede decir, terminó cuando en 2022 presentó la nueva generación del C 63. Bajo su capó, un avanzado sistema híbrido enchufable basado en un motor de cuatro cilindros se encarga de propulsar el conjunto. Un tecnológico tren de potencia que gran parte de la industria lo vio como un paso valiente, pero la realidad es que era muy arriesgado de cara a sus clientes: en lugar del V8 turboalimentado ahora en el C63 tenían un cuatro cilindros, hipervitaminado, sí, pero como parte de un sistema híbrido enchufable con un motor eléctrico en el eje trasero y una batería de 6,1 kWh de capacidad.
Apenas han pasado tres años desde su lanzamiento y, ahora, la marca ha confirmado a la británica Autocar que este tren motriz será reemplazado en 2026 por una configuración seis cilindros en línea de enfoque más tradicional. Una decisión que, aunque comercialmente lógica, va a la contra de lo que se entiende como evolución, al menos teniendo en cuenta cómo avanza el resteo de la industria.
Aunque los datos técnicos eran y siguen siendo impresionantes (670 CV y un par descomunal de 1.020 Nm), la realidad es que emocionalmente no cuajó entre los clientes habituales del modelo. A ojos de muchos, un C63 con motor de cuatro cilindros no tenía sentido. Y eso se ha notado en el mercado, especialmente en países clave como Reino Unido, que históricamente ha sido uno de los mercados más determinantes para la salud económica de la división deportiva de Mercedes, donde las ventas se quedaron muy lejos de lo previsto. Michael Schiebe, CEO de Mercedes-AMG, lo defendió como un coche brillante, pero al final, los números han hablado más alto que cualquier declaración institucional.
La marca, a tenor de lo recogido por la revista británica, parece haber tomado nota, y en 2026, el C63 cambiará de rumbo. Y lo hará recurriendo a un bloque ya conocido: el motor de seis cilindros en línea. En concreto, el bloque M256 de 3.0 litros, el mismo que montan los E53 o GLE 53. No están claros los datos que erogará el sistema, pero el mero hecho de tratarse de un motor de mayor capacidad y de que será este el principal encargado de mover el conjunto, ya supone un avance importante.
Técnicamente, el seis en línea es mucho más fácil de encajar en la plataforma del Clase C que un V8. El M256 tiene una arquitectura compacta y no requiere rediseñar todo el frontal del coche, como sí ocurriría con el bloque M177 de ocho cilindros. Pero esto no quiere decir que AMG renuncie al V8: de hecho, en modelos como el próximo CLE 63 ya se ha confirmado su regreso. Simplemente, en el C63, no es viable puesto que no fue diseñado para tales fines.
Mercedes C63 AMG Estate (2008)






Existe la posibilidad, no obstante, de que al igual que sucede con otros modelos de la gama, Mercedes mantenga el cuatro cilindros bajo el capó del Clase C para seguir denominándolo C 63, mientras que este nuevo seis en línea híbrido llegue como una versión menos potente bajo la denominación C 53, por ejemplo. Sea como fuere, habrá una versión de motor con más capacidad en su gama.
Y aquí, para acabar, entra en juego una comparación que se antoja inevitable: el BMW M3. Desde que dejó atrás el V8 y apostó por el seis en línea turbo, el M3 se ha hecho aún más fuerte dentro de esta parcela de mercado. Incluso tiene ahora una versión familiar, la Touring, que ha llegado justo cuando el C 63 daba el salto a los cuatro cilindros. Sin electrificación, sin complicaciones, pero con un comportamiento y un sonido que siguen enamorando. Por eso, para muchos, el movimiento de Mercedes-AMG de 2022 fue difícil de entender. Y por eso ahora el giro hacia una fórmula más tradicional (aunque con matices tecnológicos) se percibe como una corrección lógica.
Imágenes del Mercedes-AMG C63 S E Performance





