El Koenigsegg Jesko es un coche tan especial, caro y exclusivo, que aun llevando un tiempo a la venta, apenas existen pruebas de conducción o vídeos explicándolo en detalle. No obstante, el propio padre de la criatura, Christian von Koenigsegg, no ha dudado en enseñarlo en detalle, sin cortarse lo más mínimo con el pedal derecho, incluso llegando a derrapar a bordo de su hipercoche de 1.600 CV. En su último vídeo, la marca demuestra que su motor es la mecánica de producción que más rápido sube de vueltas jamás fabricada.
¿Qué quiere decir exactamente esto? Que con el motor arrancado, al ralentí, este motor es el más rápido en subir de vueltas en vacío. Aunque pueda parecer una futilidad, el diseño del propulsor y la genialidad de sus ingenieros es lo que ha permitido que pueda hacerse con este récord. Para empezar, un detalle muy llamativo de este motor es que no cuenta con un volante de inercia. No tener que vencer su inercia – valga la redundancia – le ayuda a girar más libremente, al igual que la construcción ligera de sus pistones, bielas o cigüeñal.
En un motor de moto ya resulta impresionante, pero en un V8 de cinco litros y 1.600 CV, resulta aún más llamativo. El motivo por el que carece de un volante de inercia es porque el embrague del coche – sus siete embragues, para ser más exactos – están integrados en la caja de cambios LST (Light-Speed Transmission). Para demostrarnos que esta afirmación no es un farol, Christian conecta el coche a un ordenador portátil de diagnóstico y arranca el motor. Una vez el ralentí se estabiliza, da varios acelerones en vacío al V8 alimentado por bioetanol.
Aunque en vacío tiene un limitador de giro a 7.800 rpm y el corte de inyección real está a 8.700 rpm, alcanza el «soft-limiter» en solo 213 milisegundos. Poco más de dos décimas de segundo. O si queréis la cifra presentada de otra forma, sube de vueltas a un ritmo de 31.700 rpm por segundo. De esta forma, el Koenigsegg Jesko arrebata al Lexus LFA este récord: su 4.8 V10 desarrollado por Yamaha era capaz de pasar del ralentí a la zona roja del cuentavueltas (9.000 rpm) en solo 0,6 segundos. Por ese motivo, Lexus tuvo que equiparlo con un cuentavueltas digital.
No había aguja analógica en el mercado capaz de moverse tan rápidamente en el cuentavueltas. El Lexus LFA es un coche increíble y fascinante en sí mismo, pero me atrevería a decir que el Koenigsegg Jesko es aún más revolucionario. Sobre estas líneas os dejamos el vídeo publicado por la marca sueca. No dejéis de verlo.
Fotos del Koenigsegg Jesko