La renovación del Ford Mustang ha venido con importantes titulares como la confirmación de la llegada del primer Mustang híbrido de la historia o el polémico rediseño del Mustang. Pero Ford ha introducido bastantes más novedades que merecen la pena detallar, y una de ellas es la evolución que ha sufrido el motor 5.0 V8 atmosférico del Ford Mustang GT para integrar mejoras como el uso de inyección dual. ¿Qué ha motivado a Ford el instalar inyección directa e indirecta en uno de sus V8 estrella?
El 5.0 V8 de Ford, el motor de la serie «Coyote», ha sido revisado para esta nueva etapa del Ford Mustang con dos claros objetivos en mente, por un lado mejorar sus prestaciones en la guerra abierta con el Chevrolet Camaro y el Dodge Challenger, y por otro dar ese paso adelante en rendimiento mejorando del mismo modo su eficiencia para reducir consumos y emisiones. De cara al endurecimiento paulatino en materia de emisiones, mantener en activo un V8 gasolina de aspiración atmosférica no es nada fácil, pero por ahora Ford lo está consiguiendo.
Ford Mustang
Aunque la nueva generación del 5.0 V8 de Ford fue presentada con importantes mejoras en el apartado técnico para reducir sus pérdidas energéticas internas, mejorar sus consumos y hacerlo un motor mucho más polivalente – ha sido el primer V8 de Ford en instalar distribución variable Ti-VCT -, la realidad es que todavía tiene bastante margen de mejora. Y justo ahí es donde entra la llegada del sistema de inyección dual (directa e indirecta) que otros fabricantes como Lexus, Toyota, Subaru y Audi están integrando en cada vez más motores para aunar lo mejor de dos mundos.
Curiosamente la llegada de la inyección directa se había interpretado como el fin de la inyección indirecta, pero los resultados han demostrado que ninguna de las dos técnicas es perfecta por sí sola y que su combinación sí que es la solución para ofrecer al propulsor lo mejor de esos dos mundos. Aunque la combinación de ambas inyecciones se puede realizar mediante mapas de trabajo muy diferentes, podemos resumir su aplicación en función de la carga, y es que mientras la inyección indirecta permite una mejor carburación para cargas bajas y medias, a través del funcionamiento con la inyección directa se consiguen reducir emisiones gracias al mayor control sobre el momento y la cantidad de gasolina inyectada, además de poder controlar de forma muy precisa la detonación de la mezcla para alcanzar mayores relaciones de compresión sin caer en la autodetonación.
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