Todavía estamos en shock, pero así será. A partir de 2022 no veremos más motores Ferrari en un Maserati, algo que responde a un cambio de rumbo para la firma del tridente. Sin embargo este cambio no supone que Maserati se pase directamente al coche 100% eléctrico, motivo que nos hace sospechar que los planes de FCA para Maserati podrían tener en los motores de Alfa Romeo todas las soluciones.
En la actualidad los motores gasolina empleados por Maserati son motores V6 y V8 turboalimentados desarrollados y fabricados por Ferrari. Hablamos de motores en continua evolución, especialmente los V8 al pertenecer a la familia F154 con la que Ferrari impulsa el grueso de su gama en diferentes niveles de potencia (del Portofino al F8 Tributo). Incluso los motores V8 Ferrari ya han sido confirmados como parte del programa de hibridación, por lo que se daba por hecho que el primer híbrido enchufable de altas prestaciones de Maserati seguiría teniendo mucho en común con el cavallino rampante.
No será así. Maserati no renovará el acuerdo de suministro de motores con Ferrari, quedando huérfana de sus motores para 2021 o 2022 y abriendo un escenario repleto de dudas sobre qué motores gasolina impulsarán sus vehículos. No es ningún secreto el que según los planes de FCA, Maserati debe ser reinventada en los próximos años a través de una fuerte apuesta por la hibridación de tipo enchufable y el coche 100% eléctrico. Pero a pesar de la prometida llegada de coches de bajas emisiones, Maserati sigue necesitando motores gasolina.
La solución para Maserati estaría en estrechar los lazos con Alfa Romeo para adoptar su nuevo sistema de propulsión híbrido enchufable basado en el motor 2.0 Turbo gasolina con hasta 340 CV estrenado por el Alfa Romeo Tonale, una arquitectura que permitiría motorizar la gama de modelos Maserati, desde Ghibli a Levante, pasando por Quattroporte y el nuevo SUV compacto. ¿Pero qué sucede con las versiones más deportivas del tridente? Uno de los últimos grandes pedidos realizados por FCA a Ferrari fue el desarrollo de un nuevo motor V6 para las versiones Quadrifoglio, tanto del Alfa Romeo Giulia, como del Alfa Romeo Stelvio.
Ferrari desarrolló este motor 2.9 V6 Twin-Turbo partiendo de sus V8 de la familia F154, algo que además de responder a las exigencias en materia de rendimiento, también respondía a la necesidad de fabricar un motor lo suficientemente eficiente para sobrevivir en FCA durante años, dejando incluso la puerta abierta a la adopción de algún grado de hibridación. Así, aunque el futuro de Maserati lejos de Ferrari pueda arrojar no pocas dudas, la entrada en escena de Alfa Romeo con su nueva generación de motores nos hace imaginar un futuro como poco interesante.