El pasado 12 de diciembre finalizó la producción de los motores VR6 del Grupo Volkswagen. Concebidos a principios de los años noventa, su diseño se mantuvo en producción la friolera de 34 años. Su tamaño compacto, su peculiar sonido y sus prestaciones les garantizaron un hueco en el corazón de todo amante del motor. Fueron motores tan ubicuos que acabaron montados en todo tipo de vehículos. Te garantizo que de algunos de ellos no tenías ni idea, y por ello, hemos decidido agrupar unos cuantos usos «peculiares» en este artículo.
Monovolúmenes y SUV de todo tipo
Sin salir del Grupo Volkswagen, deberías saber que los motores VR6 fueron montados en todo tipo de monovolúmenes y SUV. Un detalle curioso es que este motor fue denominado V6 a nivel comercial durante prácticamente todo su recorrido comercial – a excepción de en Volkswagen, durante parte de los años noventa – con el objetivo de hacer más sencillo su marketing. No te extraña descubrir un motor VR6 en un Volkswagen Passat, pero quizá sí te resulte curioso saber que se montó en coches como los Volkswagen Sharan o SEAT Alhambra de primera generación.
También existieron Volkswagen Multivan T4 y T5 con motores VR6 de gasolina. El exótico Volkswagen New Beetle RSi fue el único New Beetle verdaderamente deportivo y montó un propulsor VR6 de 3,2 litros y 225 CV, muy cercano al que emplearía el Volkswagen Golf R32. Sin embargo, también has de saber que los motores VR6 de Volkswagen también acabaron montados en los Porsche Cayenne de primera y segunda generación – hasta el año 2018, con 3,6 litros y 300 CV – en los Audi Q7 de primera generación y en los Volkswagen Touareg de primera y segunda generación.
De hecho, en los últimos coches donde se montaron motores VR6 fue en los Volkswagen Atlas/Teramont, coches destinados a los mercados de EE.UU. y China, en versión ya sobrealimentada con 2,5 litros y 300 CV de potencia – una anomalía, ya que los VR6 siempre fueron motores de aspiración atmosférica.
Autocaravanas, carretillas elevadores y furgonetas Mercedes
Ahora es cuando entramos en la zona más oscura del «petrolheadismo». Comenzamos por otro monovolumen: el Ford Galaxy de primera generación. Recibió un 2.8 VR6 de hasta 204 CV, ya que en verdad, era un Volkswagen Sharan con otros logotipos en su carrocería. Curiosamente, en la Ford Galaxy este motor incluso estaba asociado a un sistema de tracción total de origen Volkswagen. Sin abandonar los monovolúmenes, nos vamos a Stuttgart. La Mercedes Vito de primera generación (W638) también recibió un motor VR6 de Volkswagen entre 1997 y 2003.
Mercedes quería una versión potente de la Vito de pasajeros, la Clase V, y carecía de motores de seis cilindros capaces de ser instalados en vehículos de tracción delantera. Por tanto, decidió encargar a Volkswagen motores VR6, de 2,8 litros y 174 CV. Aunque el motor era de origen Volkswagen, Mercedes incluso llegó a darle al motor un código interno propio: M104.900. El motor no fue modificado por Mercedes, más allá de ajustes ligeros en su puesta a punto, además de asegurar la comunicación del motor con la electrónica de la furgoneta.
De las furgonetas nos vamos a deportivos de nicho y bajo volumen. El Artega GT, de origen alemán y diseñado por Henrik Fisker, llegó a emplear un motor 3.6 VR6 de 300 CV en posición central, conectado a un cambio DSG de seis relaciones. Este coche estuvo abocado al fracaso, en plena crisis global, y su fabricante quebró en 2012, tras 153 coches producidos. Algo parecido ocurrió con el YES! Roadster de segunda generación, lanzada en 2006. Este ligerísimo deportivo alemán montó un 3.2 VR6 en posición central, tanto en versión atmosférica como sobrealimentada.
Para el año 2010, YES! (Young Engineers Sportscar), producido por Funke & Will AG, había sucumbido a la crisis. Ahondando aun más en el lado más oscuro del motor, llegamos a las autocaravanas estadounidenses Winnebago, que en sus modelos Rialta, Vista e Itasca Sunstar, usaban como base una Volkswagen Transporter T4 en configuración chasis-cabina, equipada con un 2.8 VR6 de 174 CV. Y por último, llegamos al colmo del oscurantismo: ¿sabías que algunas carretillas elevadoras de las marcas Linde (los modelos H50, H60 y H80, concretamente) también recibieron versiones industriales del motor VR6 de Volkswagen?
Hablamos de motores VR6 de 3,6 litros profundamente modificados, con potencias máximas de solo 98 CV a 2.500 rpm, y alimentados por GLP. Su objetivo no es más que generar energía para el sistema hidráulico que acciona sus ruedas motrices.