El coche ha evolucionado -y lo sigue haciendo- hasta límites insospechados, pero siempre contando con ciertos elementos básicos de seguridad. Nos referimos, por ejemplo, al airbag, el cinturón de seguridad y los intermitentes, que llevan en el automóvil desde tiempos inmemorables y por una buena razón. Sin embargo, en caso de no utilizarlos, podemos tener consecuencias fatales, tanto nosotros como otros usuarios de la vía. Y es que los intermitentes son cruciales para evitar esto último y una multa de hasta 200 euros de la DGT, la cual pone a disposición de todos los escenarios en los que estos son obligatorios.
Usar el intermitente no es difícil, ni requiere de un esfuerzo sobrehumano, pero un amplio número de conductores están obcecados en demostrar lo contrario. Y es que además de lo sencillo que resulta accionar una palanca del coche, estamos ante un gesto que puede ayudar a que el tráfico sea más fluido y a lo más importante: evitar accidentes.
Los escenarios en los que tenemos que usar los intermitentes y que de lo contrario nos saldrá caro
La primera situación más lógica en la que debemos poner los intermitentes es al efectuar un giro. Y es que cualquier maniobra que implique un cambio de trayectoria debe pasar previamente por indicarlo con el intermitente. De lo contrario no solo podríamos pillar desprevenido al conductor de detrás, sino también causar un accidente al no esperarse el giro y no poder frenar o reaccionar a tiempo.
Cambiar de carril es otro escenario en el que el uso del intermitente es ineludible, especialmente porque debemos alertar al vehículo que nos precede y a los que se encuentran en el carril al que nos vamos a incorporar. De no vislumbrar la maniobra que vamos a realizar, podemos provocar que otros vehículos no nos divisen y ocasionar un choque contra nosotros o entre otros vehículos.
Aparcar o desaparcar, acciones que, sean en la calle o en un parking público, deben de ser correctamente señalizadas. De lo contrario, podemos incurrir, una vez más, a un golpe, puesto que frenar de golpe para realizar maniobras sin previo aviso no es algo que uno espera del coche que va delante circulando por la calzada. Más importante puede ser aún indicar que vamos a abandonar una plaza de estacionamiento, ya que es más difícil que nos vean intentando salir de un aparcamiento que intentando aparcar.
Si vamos a realizar un adelantamiento o vamos a incorporarnos a una vía, es obligatorio señalizarlo con el intermitente. Al adelantar no solo estamos avisando de nuestra intención a los vehículos entre los que nos encontramos, sino también a aquellos que están circulando por el carril izquierdo. Indicar nuestra intención de incorporarnos, estamos avisando a todos los conductores de la carretera, permitiendo no solo que nos vean, sino también que puedan facilitarnos la maniobra.
Por último pero no por ello menos importante, debemos usar el intermitente cuando vamos a abandonar una rotonda. Y es que en esta situación, más allá de ayudarnos también a evitar accidentes, el uso del intermitente es fundamental para que el tráfico sea más fluido, puesto que el vehículo que está esperando para entrar en la rotonda puede hacerlo antes al conocer cuándo va a salir el que circula por ella.
Multas que van desde los 80 hasta los 200 euros
La Dirección General de Tráfico quiere que todos los conductores sean conscientes del peligro que conlleva no utilizar los intermitentes. Dado que no es así pese a que resulta una acción sumamente sencilla, existen duras sanciones para aquellos que no estén dispuestos a accionar una simple palanca en las situaciones ya expuestas.
Así, no poner los intermitentes cuando es obligatorio o hacerlo de manera incorrecta, ya sea terminando la señalización antes de completar la maniobra, no usarlo con la antelación adecuada o no quitar el intermitente una vez finalizada la maniobra, implica multas que van desde los 80 hasta los 200 euros, aunque sin pérdida de puntos del carnet de conducir.