Ya sea por desconocimiento de la propia ley o porque según nuestro criterio no es peligroso, cometemos acciones que pueden ser ilegales. Dentro de este grupo entra la que hoy nos ocupa, que no es otra que escuchar música en el coche a todo volumen, acto que, para muchos conductores, puede ser inocuo o inofensivo, pero lo cierto es que es muy peligroso, tanto, que la DGT puede multarte con hasta 3.000 euros.
Y es que al igual que sentidos como la vista deben de estar al 100% enfocados en la conducción, así como las manos centradas en volante y cambio, el oído también ha de estar totalmente involucrado. En caso de sufrir alguna distracción a nivel acústico, nos arriesgamos a ignorar acontecimientos que están teniendo lugar en la carretera y que pueden derivar en un accidente.
3.000 euros es lo que te puede costar ir con la música a todo volumen
Es necesario aclarar que la multa por ir con la música alta en el coche depende de cada ordenanza municipal, lo que hará que dependa de diferentes criterios. No obstante, lo normal es que esta infracción sea catalogada como contaminación acústica, por lo que podemos incurrir a más delitos pese a que en función de la ciudad el límite de decibelios varía.
Aún así, el límite habitual es de 87 decibelios, y por cuanto más superemos ese límite mayor será la multa que afrontemos. Por norma general las sanciones más comedidas respecto a circular con el volumen de la música muy alto son de 100 euros, aunque como depende de cada ayuntamiento podemos encontrarnos casos en los que la cuantía a pagar asciende hasta los 3.000 euros.
También debemos tener en cuenta que no es multa que se aplica en caso de que el vehículo esté en marcha, ya que si el coche está estacionado pero la música sonando y superando los límites establecidos, la sanción puede llegar igualmente. Esto se debe a que se contempla como un delito de contaminación acústica además de una distracción al volante.
Además se están mejorando los sistemas para detectar esta infracción, y los agentes pueden llevar con ellos un sonómetro capaces de medir los decibelios y cuyo uso hace que sea totalmente imposible recurrir la multa. Y es que al fin de cuentas estamos ante una acción peligrosa que no solo puede derivar en importantes distracciones para nosotros mismos, sino también para otros conductores y, a su vez, molestias para los vecinos o viandantes.
Y es que al igual que supone un riesgo conducir empleando auriculares, puesto que nuestra capacidad auditiva merma mucho como para detectar sonidos que nos pongan en alerta, también lo es circular excediendo ya no unos decibelios legales, sino lógicos.