Imagina la siguiente escena: un conductor que circula por encima del límite marcado para esa vía y, de repente, ve una señal o recibe un aviso a través del sistema de navegación y reduce su ritmo bruscamente antes o en el momento en el que se cruza con el radar. ¿Te suena de algo? Probablemente sí. Lo que quizá no sepas es que no conseguirás evitar una multa de 200 euros… en el mejor de los casos.
El objetivo de los más de 2.000 radares que hay repartidos por las carreteras españolas es vigilar que los conductores que circulan por ellas cumples los límites establecidos en cada una de ellas. Muchos de ellos creen que frenar antes o después de estos dispositivos les librará de la sanción: nada más lejos de la realidad. Aunque en la Ley de Tráfico no se prohíbe de manera concreta este gesto puede transformarse en una infracción grave.
De 200 a 500 euros
La razón la encontramos en el Artículo 53 del Reglamento General de Circulación donde hay una apartado titulado ‘Reducción de velocidad y distancia entre vehículos’. Si un agente considera que ese frenazo brusco no tiene justificación alguna y, además, elimina el espacio de seguridad que debemos dejar respecto al coche que va delante, podrá sancionarnos con una multa de 200 euros más la retirada de cuatro puntos en el carnet de conducir ya que es una infracción grave.
En el peor de los casos, según el reglamento actual, esta acción puede llegar a ser considerada como conducción temeraria si con esa radical reducción de la marcha ponemos en peligro al resto de usuarios de la vía. En este caso, según ha señalado en varias ocasiones la Dirección General de Tráfico, el castigo económico ascendería a 500 euros y la pérdida de puntos subiría hasta seis.
La distancia de seguridad
Cabe recordar que los diferentes reglamentos que regulan la conducción no establecen una cifra concreta para esa distancia de seguridad: indican que cada conductor debe adaptarla a la velocidad del vehículo y a las circunstancias de la vía. No obstante, la DGT aconseja que ese espacio que debemos dejar respecto al conductor que va delante debe ser de tres segundos porque ese es el tiempo necesario para llevar a cabo una frenada de emergencia.
Los radares dobles o en cascada
Por otro lado, frenar antes de un radar no valdrá de nada si, justo después, aceleras. En muchos casos este truco no funciona porque Tráfico ha buscado una solución para eliminar esta práctica tan común: hablamos de los radares dobles o en cascada. Unos metros después de un cinemómetro fijo colocan uno móvil para que, cuando el conductor pisa de nuevo el acelerador para superar la velocidad máxima de la vía, el segundo capte la infracción. Una táctica con la que buscan que los usuarios de la vía respeten los límites en todo momento y no sólo cuando están presentes estos dispositivos.
En este caso el frenazo injustificado también está considerado como una infracción grave porque puede generar un choque en cadena poniendo en peligro al resto de usuarios de la vía. Por lo tanto si la DGT a través de sus agentes, de Pegasus, de los drones o de alguna cámara detecta una reducción brusca de la velocidad por la presencia de un radar… sancionará al conductor correspondiente con una multa de 200 euros.