Muchos conductores deciden llevar a cabo cambios en su coche para mejorar su comportamiento sobre el asfalto, su seguridad, su aspecto… Algunas de estas modificaciones deben estar homologadas para no tener problemas a la hora de superar la inspección técnica, pero también para evitar multas que puede ser de hasta 500 euros.
No todas las reformas necesitan un proceso de homologación. Para saber si es necesario (o no), en España, deberás consultar el Manual de Reformas de Vehículos elaborado por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. En este documento se recogen los cambios tipificados, su codificación y la documentación precisa para su tramitación. Si es una modificación de importancia estará recogida en este documento y tendrás que convalidarla.
¿Qué es una modificación de importancia?
Antes de llegar a ese punto, vamos a responder a una pregunta: ¿qué es una modificación de importancia? Todos aquellos cambios en los que añadimos o sustituimos elementos que pueden modificar las dimensiones exteriores del vehículo, suponer un riesgo o cambiar los datos que aparecen en la tarjeta de la ITV. También los que afectan a la identificación del coche (número de bastidor y ubicación de la matrícula), a la unidad motriz, transmisión, ejes, suspensión, dirección, frenos, carrocería, dispositivos de alumbrado y señalización.
En estos supuestos entra, por ejemplo, la instalación de bolas o enganches de remolque, tintado de las lunas, cambio de amortiguadores por otros que no estén homologados para ese modelo, modificar el sistema de escape o la centralita del motor para aumentar la potencia. Sin embargo, si el retoque se centra en el color de la carrocería o en elementos estéticos exteriores que no interfieren en las medidas del vehículo, no tendrás que pasar por este proceso. Eso sí: deberás notificárselo a tu compañía de seguros y a la Dirección General de Tráfico.
Los cambios más frecuentes
En el amplio catálogo de modificaciones que podemos hacer a nuestro vehículo hay algunas que son más frecuentes que otras. La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) señala las siguientes:
Carrocería
Aquí entran las sustituciones o instalaciones de elementos en la carrocería. Tanto el paragolpes delantero como el capó influyen en el comportamiento del vehículo y en la absorción de los impactos.
Alerones
Para que cumpla la homologación no puede ser metálico, no debe tener aristas cortantes, no puede ser más ancho que el vehículo y no debe tapar las luces traseras del coche.
Escape
Estos elementos no sólo modifican el sonido del vehículo, también pueden sumar algún CV de potencia. Razones por las que deberás homologarlo para no tener problemas.
Iluminación
Cambiar los faros delanteros por otros con una tecnología diferente (halógenos a LED, por ejemplo) se considerada una reforma. Sin embargo, no está incluida la sustitución de grupos ópticos completos laterales o traseros siempre que estén debidamente homologados y situados en el emplazamiento original.
Neumáticos
Tendrás que convalidarlos cuando la diferencia de dimensiones entre el instalado y el original excede de la tolerancia (3%) o el índice de carga o velocidad sea inferior al original.
Llantas
Los fabricantes especifican en el manual qué tipo de llantas puede montar tu coche así que si no superas esas medidas, no habrá problema alguno. Si te excedes, ocurrirá como en el caso anterior: deberás homologarlas y tendrán que figurar en la tarjeta de la ITV.
Suspensión
Sustituir los muelles originales por otros no considerados como un recambio se considera reforma. Igual que modificar la altura del vehículo o las propiedades de la suspensión ya que afectan al comportamiento del vehículo.
Centralita
Al controlar el motor, los cambios afectan a las prestaciones y a las emisiones del vehículo.
Enganche de remolque
Su instalación se debe de legalizar, pero cuando se prescinde de forma definitiva de este elemento no es necesario volver a pasar la inspección.
Habitáculo
Casi todos los cambios del interior (tapicería, sistema de sonido…) se pueden hacer sin necesidad de homologarlos. Casi todos. Si cambias el volante o los asientos sí deberás pasar por el proceso de verificación porque son modificaciones que afectan a la dirección y a la seguridad del vehículo.
¿Cómo homologar un cambio?
Si has hecho alguna de estas modificaciones, te estás preguntando cómo llevar a cabo el proceso de homologación. No sólo tendrás que seguir los pasos necesarios, también deberás hacerlo dentro del plazo estipulado. Esto es lo que necesitas:
- Toda la documentación del proceso técnico que se ha realizado, algo que normalmente hará un ingeniero.
- El informe de conformidad emitido por un servicio técnico de reformas o por el propio fabricante del vehículo
- El certificado del taller que ha llevado a cabo la reforma.
- Pasar una nueva ITV: dispones de un plazo de quince días. Recuerda que todas las operaciones tiene que quedar reflejadas en la tarjeta de la inspección técnica.
¿Y si no homologas los cambios de tu coche?
Si decides ignorar todos estos procesos, la circulación con el vehículo modificado estará terminantemente prohibida. Y si tampoco cumples con esto, puedes recibir una multa de hasta 500 euros por conducir un coche con algún elemento sin homologar o no autorizado. A esto hay que añadir que no superarás con éxito la ITV y en caso de accidente, si no has declarado esos cambios, la aseguradora puede decidir no cubrir los daños al no estar debidamente informado.