Los radares se han convertido en una de las herramientas más eficaces para el control del comportamiento de los conductores de medio mundo. Y, como cualquier máquina, con el paso del tiempo sufre de cierta evolución, que en el caso de los radares es, cuanto menos, sorprendente. Para muestra, un botón: así son los primeros radares capaces de detectar el uso del móvil ya están aquí, y sus capacidades son más que asombrosas.
Cinemómetros hay en la mayoría de nuestras carreteras, y los hay desde hace muchos años: es cierto que, en los últimos años, su presencia se ha visibilizado de forma notable debido a los medios de comunicación, a la presencia de tecnologías como los localizados de radares y, sobre todo, debido al uso -y en ocasiones abuso- de los mismos por parte de las autoridades como método de reeducación y control del comportamiento de los conductores.
Hasta hace no mucho tiempo, los radares eran unas simples «cámaras» que apenas podían operar en condiciones de buena visibilidad, controlando únicamente un carril y con unos márgenes de operatividad relativamente amplios. La llegada de tecnologías como la visión nocturna, las cámaras de alta resolución o la inteligencia artificial han multiplicado sus posibilidades, y el mejor ejemplo de ello lo encontramos en los nuevos radares que ya funcionan en Australia, concretamente en Nueva Gales del Sur.
Los primeros radares con inteligencia artificial ya funcionan
Y es que desde el pasado 29 de noviembre están operando 45 radares de ultimísima tecnología que marcan el camino a seguir: están dotados, entre otros elementos, de flash infrarrojo, de cámaras de ultra alta resolución y de un potentísimo software de inteligencia artificial que es capaz de detectar a los conductores que, por ejemplo, están utilizando el teléfono móvil mientras conducen.
Gracias a la acción conjunta de una cámara y un radar, son capaces de fotografiar en alta calidad la parte delantera de los vehículos hasta una velocidad de 300 km/h, utilizando posteriormente inteligencia artificial para discernir si el conductor está cometiendo una o varias infracciones. Sí, éstos radares son capaces, a través de un potente algoritmo, de saber cuándo un conductor está utilizando el teléfono móvil mientras conduce.
Pese a las quejas de algunos colectivos relativas a la pérdida de privacidad, las autoridades australianas se guardan otro as en la manga: el algoritmo que controla las imágenes es capaz, en apenas una hora, de determinar qué imágenes demuestran una infracción, desechando y eliminado de forma permanente las que no sirven sin que ningún funcionario pueda acceder a ellas, preservando así el derecho a la intimidad.