Cuando en España un conductor comete una infracción y recibe una multa económica, el importe está establecido en la Ley sobre Tráfico o en el Reglamento General de Circulación, así como la detracción de puntos del carné (cuyo proceso de renovación y reconocimiento médico ha sido revisado recientemente). Es una cifra cerrada que, eso sí, se puede incrementar dependiendo de algunos factores (gravedad del hecho, peligro para los demás usuarios de la vía, reincidencia o antecedentes del conductor…), pero nunca de sus ingresos. Esta es la clave de las multas progresivas: los que más cobran, pagan más.
Una multa progresiva es, efectivamente, una sanción en la que la cantidad que pagará el infractor dependerá de los ingresos o la renta que tenga. Tal y como explican en RTVE, este sistema se aplica en países europeos como Reino Unido y Suiza así como en Estados miembros de la UE como Dinamarca, Finlandia y Suecia.
Las multas progresivas en Europa
El primer país que apostó por las multas progresivas fue Finlandia, en 1921. La cantidad de cada sanción tiene que ser, según el Código Penal, razonable teniendo en cuenta la capacidad de pago del infractor: para calcularlo, se basan, entre otros aspectos, en la sexagésima parte de los ingresos medios mensuales del conductor en cuestión.
En Suecia pueden tener en cuenta los ingresos para las infracciones más graves, pero no para las que consideran menores. En Dinamarca, por su parte, existen bonificaciones para las multas por exceso de velocidad: si el conductor tiene unos ingresos inferiores a 1.293 euros mensuales o 15.514 euros anuales, le rebajarán la cantidad un 50%.
Fuera de la Unión Europa nos encontramos los casos de Reino Unido y Suiza. El sistema británico sólo tiene en cuenta la renta personal en un caso concreto: cuando el conductor decide recurrir una multa por exceso de velocidad alegando que es inocente, pero el juez determina que es culpable. Así las cosas, la cantidad se establecerá teniendo en cuenta sus ingresos semanales y los kilómetros en los que ha superado el límite.
En Suiza tenemos, por un lado, la posibilidad de reducir la cuantía a un mínimo de 10 francos si así lo exige la situación personal y económica del conductor. Por otro lado, si la infracción llega a juicio, el juez puede establecer una cantidad teniendo en cuenta los ingresos y la fortuna del infractor.
Las multas progresivas en España
En nuestro país, como decíamos, cada sanción tiene aparejada una cantidad. No obstante, si la infracción deja de ser administrativa para ser penal (como ocurre con determinados excesos de velocidad), el juez sí podrá establecer una cifra dependiendo de varias circunstancias entre las que sí pueden figurar sus ingresos.
Las multas, en España, son proporcionales: sobre las faltas más graves, pesan los castigos (económicos y de puntos) más severos. RTVE ha hablado sobre ello con la Dirección General de Tráfico, que ha confirmado que este tipo de sanciones no entran dentro de sus planes porque contamos con el sistema de puntos. Los expertos consultados por el ente público apuntan, además, que un sistema progresivo “sería inviable” porque, debido al volumen de infracciones, todo el sistema sancionador se ralentizaría.