La NASA ha solicitado a la Oficina de Administración de Tierras de EE.UU. que retire 93 kilómetros cuadrados de terreno al este de Nevada de su inventario de tierras federales disponibles para la exploración y extracción de minerales. El terreno en cuestión alberga un yacimiento de litio, que suele utilizarse en las baterías de los coches eléctricos.
Sin embargo, la NASA utiliza la zona como lugar de calibración donde cientos de satélites en órbita realizan mediciones para mejorar su precisión. La Agencia lleva casi tres años luchando contra la explotación minera del terreno por parte de ecologistas, líderes tribales (jefes de las tribus), ganaderos y otros.
La NASA también ha aceptado revisar los planes de otra mina de litio cerca de la frontera con California, a la que se oponen los ecologistas debido a la presencia de una flor silvestre del desierto en peligro de extinción. Lo cierto es que el Desierto de Nevada ha tenido una gran importancia para las compañías de energía de Estados Unidos, ya en los años 50 se usaba para experimentar con armas atómicas, de ahí que Las Vegas tuviese el nombre de «Ciudad Atómica».
Nevada, de terreno de pruebas atómicas a yacimiento de litio
El desierto de Nevada es esencial para la calibración de cientos de satélites que vigilan el calentamiento de la atmósfera terrestre, según la agencia espacial. Un congresista de Nevada ha presentado un proyecto de ley para revocar la decisión de la Oficina de Administración de Tierras de Estados Unidos de retirar los terrenos de un posible uso minero.
La decisión está siendo criticada por su aparente hipocresía, ya que el gobierno de Biden promueve los vehículos eléctricos con baterías de iones de litio al tiempo que da prioridad a la recogida de datos por satélite relacionados con el cambio climático. Una de las empresas que se oponen a la decisión es 3 Proton Lithium Inc, titular de la mayoría de las concesiones mineras de la zona.
La empresa afirma haber realizado investigaciones y prevé futuros planes de extracción del litio, se trata de uno de los 10 mayores yacimientos del mundo. El presidente de la empresa, Kevin Moore, declaró ante el Subcomité de Recursos Mineros y Minerales de la Cámara de Representantes que la retirada de la zona probablemente impediría a la empresa bombear los terrenos de aproximadamente un tercio de sus concesiones, incluidos los más profundos y ricos, que poseen alrededor del 60% del valor del yacimiento.
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