Partamos de que la idea del coche barato está prácticamente desaparecida. Para tener un coche de menos de 20.000 €, o se va a un coche de segunda mano, a un segmento B con poco equipamiento, o coches urbanos e incluso cuadriciclos. Hoy día, los SUV pequeños y medianos dominan el mercado, con permiso de los utilitarios y algunos compactos. Pero hay marcas que se han centrado casi al completo en el primer caso, obviando los otros.
El enfoque de Nissan en años recientes, protagonizado por los Juke y Qashqai
Un ejemplo de ello es el repertorio actual de Nissan en España. Su oferta arranca en el Juke, su inconfundible SUV compacto, pasando por el Qashqai (su líder de ventas en España), la furgoneta Townstar Combi, el Ariya que para 2025 estrena versión Nismo en Europa y el X-Trail, el crossover del segmento D que es el modelo más grande que se ofrece. Todos ellos SUV o crossover, de 4.210mm el más pequeño (Juke) y 4.680mm en el caso del X-Trail.
Nissan Qashqai
Es decir, los modelos más compactos han desaparecido, con excepción del Leaf eléctrico (que ronda los 30.000 € antes de ayudas). No hay modelo especialmente asequible como fue el Micra originalmente, aunque se espera desde 2022 un Micra eléctrico. No hay Note, un práctico coche para la ciudad, o el Pulsar que heredaba el hueco del mítico Almera (siendo sucesor directo ya que el Almera se llamaba Pulsar en otros mercados). Por no hablar de su sedán por excelencia, el Primera, si bien este desapareció mucho antes.
Si hay una marca que ha abrazado por completo la SUVización del mercado, es la del ‘2-3’ sin duda, siendo el Nismo Ariya lo único deportivo que tendrá en 2025 tras la marcha del legendario GT-R (aunque este sobrevive en Japón). Antaño, además de los venerables Skyline GT-R, veíamos deportivos asequibles y atractivos como los 350Z/370Z o el Z que se vende en Japón y Estados Unidos en la actualidad (representando a Nissan en el Super GT), así como el Nissan Silvia que quizás veamos de vuelta pronto.
Evidentemente, la marca comprende bien el mercado, correspondiéndose estos coches a los segmentos más demandados, en particular los que cubren el Juke y el Qashqai. Tampoco es la única: el caso de Subaru es bastante similar, una marca que logró su fama, en parte, gracias a la deportividad del Impreza. O la de Mitsubishi con su Lancer (si bien ellos mantienen el Space Star y el Colt), dentro de la propia Alianza Renault-Nissan. De hecho, la explicación está justo ahí.
Un enfoque que cuadra desde una mirada global
Siendo parte de la Alianza Renault-Nissan, su posicionamiento queda bien claro. ¿Por qué iban a pelearse entre los utilitarios contra superventas del propio grupo, teniendo ‘de su lado’ el Dacia Sandero o el Renault Clio? Aparte de para imagen de marca, o la necesidad (o no) de un coche halo, ¿merecería la pena competir contra el repertorio de Alpine? Los Sandero y Clio funcionan de maravilla, al menos en el mercado español, mientras que el Qashqai es de los más vendidos en su segmento, disponible además en varias opciones de motorización.
No es el posicionamiento de mercado más pasional, pero uno que tiene sentido y encaja en el contexto de la Alianza Renault-Nissan, que nos ha dado grandes coches durante el último cuarto de siglo. Ahora bien, siempre es interesante cuando cada marca presenta sus propias propuestas en cada segmento, compartan o no mecánica con fabricantes aliados.