De mayor quiero ser como Barry Bigwood, un sudafricano de 75 años que tiene en su haber un Nissan GT-R, y os aseguro que no se trata de un caso de garage queen. Y es que aquí el amigo Bigwood ha decidido pasar su jubilación como cualquier petrolhead que se precie querría: conduciendo casi a diario un GT-R con más de 1.200 CV y con la intención de superar con él la barrera de los 300 km/h.
Y es que Barry Bigwood está cumpliendo un sueño que se prometió alcanzar a una temprana edad después de haber tenido un encontronazo con un Porsche 911 y su seis cilindros bóxer. En el vídeo del fotógrafo Stefan Kotze Media nuestro protagonista hace alusión a que fue así como empezó su pasión por los coches, pero ahora quiere ir un paso más lejos.
75 años, con un Nissan GT-R de 1.216 CV en el garaje y con ganas de alcanzar los 320 km/h
Nissan GT-R
Aunque bien es cierto que Bigwood conduce a diario un Honda Civic EG6, tiene tiempo para darse caprichos con la auténtica joya del garaje. Se trata de un Nissan GT-R R35 de segunda remesa, es decir, aquella que recurría a un V6 de 3.8 litros sobrealimentado por turbo capaz de erogar 550 CV y 632 Nm de par. Pero por muchos es conocido el margen de mejora de este motor y su resistencia a modificaciones de toda índole, y por supuesto Barry también lo sabía.
Tal es así, que este sudafricano de 75 años, ni corto ni perezoso, decidió enviar a Godzilla a Inglaterra para que le hiciesen los cambios que él consideró pertinentes. Entre ellos se encuentra un nuevo cigüeñal hecho a medida, pistones, varillas, aumento de cilindrada hasta los 4.1 litros, refuerzo de la caja de cambios y adaptación para funcionar con etanol. Con todo ello, el GT-R de este septuagenario eroga un total de 1.216 CV, haciéndolo, según su propio dueño, más rápido que un Bugatti en una carrera de aceleración.
Pero sobre el papel las cifras no quieren decir nada, y es necesario llevarlas al asfalto. Pues no penséis que Barry Bigwood se amedrentó ante la posibilidad de llevar a su Nissan GT-R al extremo. Todo lo contrario, ya que nuestro protagonista acudió al aeropuerto de Upington donde tuvo a su disposición una pista de cinco kilómetros de largo para cumplir su sueño de superar los 300 km/h.
Con todo ello, este hombre de 75 años hunde el pie derecho y logra los 321 km/h a los mandos de su Nissan GT-R. Aunque por si no fuera suficiente, se puede apreciar en el vídeo que consigue ir más lejos al alcanzar los 351 km/h, momento en el que empieza a frenar y tachar de la lista su sueño de romper dicha barrera y exprimir sin tapujos al superdeportivo nipón.
Barry Bigwood insiste en que su intención no es correr, sino hacer travesuras de vez en cuando. Y vaya si las hace y vaya si me alegro de que nuestro protagonista disfrute a sus 75 años de un Nissan GT-R, lo modifique y pase una jubilación como la que muchos querríamos. Repito, de mayor quiero ser como el señor Bigwood.