La electrificación de coches clásicos es una de las grandes tendencias de mercado en el mundo de las preparaciones. Los restomod eléctricos ya han alcanzado a todo tipo de vehículos, desde Rolls-Royce de los años setenta a los Porsche 911, pasando por el Ferrari Testarossa. Sin embargo, Nissan podría haber ido demasiado lejos: han electrificado uno de sus mayores iconos, un coche que marcó un antes y un después en el mundo de las altas prestaciones.
Ese icono es el Nissan Skyline GT-R R32, uno de los coches japoneses más especiales de la historia. Un coche cargado de tecnología sin el que el presente del automóvil de altas prestaciones podría haber sido muy diferente. Un coche que combinaba, en el año 1989, un motor twin-turbo de seis cilindros en línea y 280 CV (capaz de soportar el doble de potencia sin despeinarse), tracción total inteligente ATESSA E-TS derivada de la competición y un innovador sistema de cuatro ruedas directrices.
Su superioridad técnica fue patente desde su lanzamiento, tanto en las calles como en los circuitos, y los R33 y R34 llevaron aun más lejos su leyenda. Apodado «Godzilla», la filosofía de este matagigantes, capaz de superar a coches mucho más deportivos y caros, también ha sido la constante de los Nissan GT-R R35. Con motivo del Tokyo Auto Salon, el fabricante japonés ha presentado el Nissan Skyline R32 EV. Es decir, un R32 GT-R al que se ha despojado de su motor RB26DETT, y reemplazado por dos motores eléctricos.
El motivo es sencillo, y lo explica Ryozo Hiraku, ingeniero que ha liderado el proyecto. «Me preguntaba si en 30 años, los propietarios de un GT-R R32 podrían aun comprar gasolina y disfrutar su coche. Me pareció meritorio usar electricidad y tecnología digital para replicar el atractivo e un R32 GT-R y permitir a futuras generaciones disfrutarlo». El Nissan Skyline R32 EV equipa dos motores eléctricos de 160 kW por eje, llegando a un total de 435 CV y 680 Nm de par motor máximo, logrando replicar la tracción total del GT-R original.
La batería ocupa el espacio del asiento trasero, tiene 62 kWh de capacidad y procede de un Nissan Leaf NISMO RC02 de competición. Aunque estas modificaciones elevan el peso del coche en 340 kilos, hasta los 1.797 kilos. Nissan afirma que aun así, han mantenido la relación peso-potencia del GT-R de combustión interna, que pesaba poco más de 1.400 kilos. Estéticamente, este R32 EV solo se distingue de un GT-R por la ausencia de tubo de escape y por sus llantas, similares al diseño original, pero que han crecido de 16 a 18 pulgadas.
Esto ha sido necesario para poder montar en el R32 EV los frenos de un Nissan GT-R R35. En el interior del coche hay varias sorpresas. Además de unos asientos nuevos, la novedad es que la instrumentación y la consola central han sido reemplazadas por pantallas, pero pantallas que imitan los mandos analógicos de serie, tanto en forma como en función. Se ha mantenido el volante, freno de mano y palanca de cambios original, pero en este caso, no está asociada a la transmisión original del vehículo, que carece de cambio manual.
Las levas tras el volante se usan para simular la existencia de marchas, ofreciendo incluso ligeras sacudidas cada vez que «cambiamos» a una relación diferente. El sonido del motor RB26DETT se simula mediante electrónica. Este proyecto es un one-off: no se producirá en serie, y en estos momentos, continúa su desarrollo en cuanto a puesta a punto. Ahora la pelota está en tu tejado: ¿crees que este proyecto es un sacrilegio? ¿O crees que es una buena forma de mantener vivos iconos del pasado?