Benditas locuras. Esa es, más o menos, la primera frase que me viene a la mente cuando pienso en ocurrencias como el Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye de Hennessey, una creación absolutamente innecesaria, absurdamente potente y descaradamente incorrecta políticamente en estos días que vivimos. La gente de Hennessey pensaría que los 808 CV del Hellcat Redeye de serie eran pocos y le han puesto un enorme sobrealimentador para llevarlo hasta los 1.050 caballos. Pero no es lo único…
Nunca he sido fan del Challenger actual pero será por los pasos de rueda ensanchados, será por la carrocería aún más baja, el Hellcat Redeye ha ganado puestos en mi ranking personal. O quizá sea por el hecho de ir totalmente a contracorriente, porque un coche de 1.050 caballos que ni siquiera usa la hibridación como tibia excusa es rara avis.
En Hennessey, sin embargo, es otro día más en la oficina. En esta ocasión, al V8 de 6,2 litros de cilindrada del Hellcat Redeye le han colocado un sobrealimentador de 4,5 litros que le permite entregar 892 CV a las ruedas posteriores, o 1.050 CV en el cigüeñal. La cifra de par máximo es otra salvajada: a 4.200 rpm del motor, las ruedas traseras tienen que intentar digerir 1.093 Nm. Una pesadilla para los neumáticos.
Evidentemente, además del sobrealimentador hay toda una serie de mejoras a nivel mecánico: los colectores de escape son de mayor tamaño, se han modificado los inyectores y la bomba de combustible, así como todo el sistema de inducción de aire, el catalizador y la válvula bypass del sobrealimentador, que han sido optimizados para trabajar con un mayor flujo de gases.
Hennessey ha tenido a bien ponerle insignias propias por el exterior, otras cuantas en el interior con la inscripción ‘HPE1000’ (el nombre oficial de esta preparación), placas numeradas y unas alfombrillas con el apellido Premium. Nada más a nivel estético.
El preparador tejano no ha hecho mención sobre cifras prestacionales, aunque es previsible que rebaje unas pocas décimas el 0-96 mph del modelo de serie (lo hace en 3,4 segundos), sea más rápido en el cuarto de milla y supere los 326 km/h de velocidad máxima que el Challenger SRT Hellcat Redeye de serie.
En cada preparación, a cada coche le hacen pruebas en banco de rodillos y 200 millas (320 km) reales en carretera. Para cuando el coche esté listo, el comprador tendrá garantía por 1 año o 12.000 millas (19.312 km). Teniendo este, ¿quién echa de menos un Demon?
Fuente: Hennessey