Pensar en adquirir un coche eléctrico es, para muchos, sinónimo de comprar un quebradero de cabeza. Primero por el precio de adquisición, segundo por la autonomía y tercero por la red de carga, de momento, insuficiente para la mayoría de usuarios. Y es por ello que cuando un coche es capaz de tachar de la lista dos de los tres problemas da rabia que no llegue a España para solucionarlos, que es el caso del nuevo Citroën ë-C3, un pequeño SUV eléctrico con más de 300 kilómetros de autonomía y asequible destinado a la India y Brasil, pero que no es perfecto.
Y aunque bien es cierto que el SUV galo no sería el coche ideal para cubrir largas kilometradas, sí que lo puede ser para un uso diario en ciudad. Al fin de cuentas estamos ante un coche cuyo competidor principal es el Dacia Spring, categoría en la que los vehículos abogan más por ser austeros que refinados eléctricos, aunque es algo comprensible dado el rango de precio en el que se mueven.
El Citroën ë-C3 tiene solución para muchos problemas del coche eléctrico, pero no las veremos aplicadas en España
En diseño poco o nada cambia respecto a lo que ya encontramos en un C3 convencional, manteniendo un lenguaje y un habitáculo prácticamente calcado. Y es que al fin de cuentas la novedad de este ë-C3 la encontramos en su apartado técnico, que tiene como punto de partida la plataforma e-CMP y como principal punto álgido una batería de tipo LFP.
¿Esto qué principal ventaja tiene? Un degradación mucho menor que la podríamos experimentar con una batería convencional, así como una mayor fiabilidad. Esta concretamente tiene 29,2 kWh de capacidad, y se encarga de alimentar a un motor de 42 kW de potencia, o lo que es lo mismo, 58 CV, una cifra que permite al ë-C3 alcanzar una velocidad punta de 107 km/h.
Es una cifra que limita su uso al mundo urbano, pero tampoco tiene otro objetivo. Y así lo demuestra también su autonomía con un total de 315 kilómetros bajo el ciclo ARAI, cifra con la que puede coquetear el SUV de los dos chevrones tras 57 minutos de carga, tiempo con el que habrá recuperado un 80% de capacidad de su batería.
Lógicamente uno espera, tras estas prestaciones más bien modestas, un precio asequible, y pese a que Citroën aún no ha hecho declaraciones sobre el precio de su SUV eléctrico, ya se puede reservar por 281 euros. Esto deja entrever que el desembolso final no será alto, pudiendo coquetear con los 14.000 o incluso 13.000 euros.
Ahora bien, ¿tiene realmente sentido un coche como el Citroën ë-C3 en Europa? Primero debemos tener en cuenta que resuelve el problema del alto precio del coche eléctrico al tratarse de un vehículo bastante sencillo y espartano; segundo que ofrece una autonomía acorde a sus características y uso y tercero que no es necesario invertir una larga cantidad de tiempo para recuperar su capacidad de uso.
No, no es un coche perfecto ni tampoco es un coche que nos permita de prescindir de un vehículo de combustión salvo que vayamos a realizar una conducción única y exclusivamente urbana, que es, al fin de cuentas, para lo que está pensado el ë-C3. Sin mayores pretensiones.
Sea como fuere, y aunque aún Citroën no lo ha confirmado, lo más probable es que el ë-C3 termine haciendo acto de presencia en Europa. Lo hará con otro nombre, con alguna revisión de su apartado mecánico y estético pero, fundamentalmente, con la misma esencia para intentar arrebatarle ventas al Dacia Spring y asentarse como uno de los precursores del principio del fin de los problemas del coche eléctrico, aunque eso sí, con las limitaciones que tiene un coche como el SUV francés.