La empresa Nyobolt, con sede en Cambridge, ha mostrado su primer prototipo, el cual recuerda muchísimo al Lotus Elise original de los años noventa que recogía a la perfección la filosofía original de Colin Chapman. Sin embargo, lo interesante no es eso, sino de que se trata de un coche eléctrico que logra mantener un peso contenido (la mitad que un BMW M5 nuevo, sin ir más lejos) y una asombrosa velocidad de recarga.
Un prototipo similar al Elise que busca solucionar varios problemas de la industria de eléctricos
Lo que se busca con esto es remediar uno de los grandes inconvenientes a la hora de viajar en un vehículo eléctrico, sobre todo grandes distancias: el de los tiempos de recarga, mucho más largos que los repostajes de vehículos de gasolina o diésel convencionales – la autonomía es otro tema que, además, ya se están consiguiendo cifras similares con autonomías de más de 600 kilómetros. De momento vemos sistemas de carga rápida que pueden hacer que el coche cargue del 10% al 80% en media hora, pero esto también tiene inconvenientes para la propia batería a largo plazo.
Este prototipo de Nyobolt que guarda tanto parentesco con el Elise de motor Rover es capaz de cargar su batería de 35 kWh del 10% al 80% en menos de cinco minutos: en concreto, en 4 minutos y 37 segundos, aproximadamente el doble de la velocidad de las cargas rápidas convencionales utilizando cargadores de corriente directa de 350kW. Esos cuatro primeros minutos son con corriente constante de 500A, aproximadamente unos 200 kilómetros de autonomía.
Con estos números, no es complicado deducir que el punto débil de este prototipo sería la autonomía, quedándose en unos 250 kilómetros de autonomía totales aproximadamente. El tamaño compacto de la batería permite también controlar el peso, de manera que este prototipo pesa unos 1.250 kilogramos en vacío (aún así, lejos de los 725 kilogramos del Elise original).
Según la empresa, han realizado hasta 4.000 ciclos completos de descarga y recarga, lo que equivaldría a conducir cerca de un millón de kilómetros, manteniendo un 80% de la efectividad total de la batería. Tras unas 4.400 cargas de cinco minutos, la resistencia interna de las células de 24,5Ah aumenta en un 50%, lo que demuestra un avance a la hora de conseguir baterías que duren un mayor periodo de tiempo.
En principio, se fabricará en cantidades reducidas
Ahora bien, el uso de estas baterías parece que se quedará en manos de unos pocos, dado que se prevé una producción en volúmenes bajos para coches de carretera o circuitos – para 2025, la intención es la de producir 1.000 packs. Los módulos de batería se enfrían con placas enfriadas con una mezcla de agua y ácido glicólico mientras que el circuito utiliza un compresor de aire acondicionado, de manera que se limita la generación de calor que pueda afectar a la vida de la batería.