Corría el año 2007 cuando a Hyundai se le ocurrió la idea de crear un coupé compacto de corte deportivo que tuviese tres puertas laterales, colocando dos en el lado derecho del vehículo y una en el izquierdo. El coche que vio finalmente la luz en 2011 se llamó Veloster y, construido sobre la plataforma del i30, tuvo muy poco éxito comercial a pesar de contar con un buen comportamiento dinámico, un motor moderno y frugal, un diseño original, un grado de practicidad más que aceptable y un precio moderado: la marca coreana pedía menos de 20.000 euros por la versión de acceso. Hoy es un chollo, fruto de su olvido.
Hyundai Veloster I, el compacto de corte deportivo que pocos comprendieron ahora vale 7.000 €
Actualmente, el Hyundai Veloster de primera generación (existe una segunda desde 2018 que no se comercializa en España) supone una interesante compra de segunda mano, ya que sigue siendo un turismo atractivo y con una dotación tecnológica algo superior a la que demuestran la mayoría de automóviles de su época en esa categoría del mercado. También es una alternativa más barata, además de curiosa, al Volkswagen Scirocco que, en su día, fue su mayor rival (pero infinitamente más popular y apreciado). ¿Cuánto vale hacerse con una de estas rarezas?
La mayoría de unidades usadas, pero en buen estado, del Veloster cuestan menos de 10.000 euros. Algunas, con más antigüedad y/o kilometraje, pueden adquirirse por unos 7.000, lo cual está muy bien para quien desea un coche poco conocido y muy polivalente. En cualquier caso, se obtiene un modelo de la «nueva Hyundai», bastante fiable y diferente a lo convencional, que asimismo consume poco y dispone tanto de cuatro plazas y un maletero relativamente capaz como de la etiqueta C de la DGT y sus ventajas de circulación.
Sin altas prestaciones, pero con gran equilibrio entre practicidad, eficiencia, estilo y equipamiento
El Hyundai Veloster 2011 mide 4,22 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,40 de alto, por lo que es un coche de tamaño medio en nuestro país, ideal para usarse como primer vehículo de una unidad familiar si no se requiere mucho espacio o como utilitario de lo contrario. Su distancia entre ejes es de 2,65 metros, lo cual es bastante para su clase y se traduce en una cabina amplia a la que sólo limita, para las cabezas de los ocupantes traseros, la caída del techo en la parte posterior. Por su parte, el maletero cuenta con 320 litros de capacidad, ampliables a más de un metro cúbico si se abaten los respaldos de la segunda fila de asientos.
Sólo puede encontrarse en combinación de un motor de gasolina con cuatro cilindros y 1,6 litros de cubicaje que, según lleve o no sobrealimentación, desarrolla más o menos potencia: 140 o 186 CV respectivamente. Lo habitual es hallar versiones atmosféricas, más duraderas, que gracias a un peso en orden de marcha inferior a las 1,3 toneladas permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y superar por poco los 200 km/h. A cambio, el consumo medio puede mantenerse en 7 l/100 km fácilmente. Con turbo, el Veloster gastará casi el mismo carburante, aunque quizá sea más caro, y alcanzará 100 km/h desde parado en 1,6 s menos, además de lograr 13 km/h más de velocidad punta.
Cualquiera de las dos configuraciones puede llevar transmisión manual o automática DCT, ambas de 6 relaciones, según el acabado, pero la tracción siempre ocurre en las ruedas delanteras (no existen opciones 4×4). De serie, el Hyundai en cuestión ya lleva elementos como llantas de aleación (17″), frenos de disco en los dos ejes, seis airbags, asistente de arranque en pendiente, programador de velocidad, control de presión de neumáticos, retrovisores eléctricos y calefactados, doble salida de escape central, faros antiniebla, luz diurna LED, volante multifunción con aro de cuero, anclajes ISOFIX, 6 altavoces, conexión Bluetooth y pantalla multimedia táctil.
- En la historia de la automoción, hay muy pocos turismos asimétricos, de ahí que el Veloster sea una rareza que podría ganar valor dentro de unas décadas.
- Su diseño es mucho más deportivo que su rendimiento o su comportamiento dinámico, pero este quizá es un coste en pro de la eficiencia y la versatilidad.
- Los clientes del Veloster, en su mayoría, eran «petrolheads» atrevidos que lo cuidaron con mimo, de modo que es posible hallar unidades buenas y baratas.