Hablar de compactos deportivos es hacerlo de bestias con más de 300 CV de potencia, a menudo de tracción a las cuatro ruedas, de tecnología, de motores apretados, de récords en Nürburgring, de prestaciones infernales y un presupuesto que, a menudo, se acerca a cifras que comienzan a ser, si no prohibitivas, sí alejadas de lo que manejamos la mayoría de los mortales. ¿De verdad son necesarios más de 300 CV de potencia en un Opel Astra para divertirnos? ¿Tendremos que esperar a un nuevo Opel Astra OPC para ver un Opel Astra que nos permita divertirnos a los que buscamos un coche de corte picante, y deportivo? ¿Habrá sitio para un nuevo Opel Astra GSi?
Opel Astra
Salvo sorpresa, el nuevo Opel Astra contará con su correspondiente versión deportiva, con un nuevo Opel Astra OPC, que para entrar en la dura batalla, a veces incomprensible, que se ha fraguado en su segmento, superará los 300 CV de potencia. El gran problema que nos encontramos, y la razón por la cual creemos que aún hay sitio para un Opel Astra GSi, no es otro que el hecho de que no exista un peldaño intermedio, un modelo de aspecto radical, tarado deportivo y suficiente potencia para sacarnos una sonrisa, sin llegar a cifras tan elevadas como las presentes en un OPC.
El Opel Astra necesita, sin duda, una versión deportiva intermedia, que se sitúe a medio camino entre el 1.6 Turbo de 200 CV de potencia, que ya nos gustó bastante (ver prueba Opel Astra) y los más de 300 CV de potencia del Opel Astra GSi. Opel necesita rescatar las siglas GSi, que por cierto en Reino Unido siguieron presentes durante un tiempo con un Vauxhall Astra GSi que, en resumidas cuentas, no era otra cosa que el Opel Astra OPC que se comercializaba en el resto de Europa.
Desde hace tiempo venimos hablando de esta posibilidad, la del regreso del Opel Astra GSi, que parece cada vez más real, y obviamente más próxima en el tiempo. Una idea que no es nada descabellada, si tenemos en cuenta que los compactos deportivos con más éxito comercial, los que ves en la calle a diario, no son los más potentes y exclusivos de cada marca. Opel necesita un Focus ST, un Golf GTI en su gama.
Por otro lado, las siglas GSi abrirían otra posibilidad que, por descabellada que te resulte, e incluso puedas pensar en ella como una herejía para el legado de Opel, es interesante en términos comerciales. La idea de un Opel Astra GSi diésel tiene sentido. Y el mejor ejemplo lo tenemos en el éxito de modelos como los nuevos Ford Focus ST diésel – que en Ford ya superan a los ST de gasolina o, sin ir más lejos, al Volkswagen Golf GTD. Un modelo que llegaría, muy probablemente, con una nueva iteración de sus motores diésel biturbo, y que intentaría satisfacer a una clientela aún más numerosa que la que aspira a un compacto picante de gasolina, rápido y divertido, la que quiere esas virtudes en su coche con un consumo muy contenido.
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