La primera vez que conocimos el Opel Corsa fue con el Corsa A, uno de aquellos productos ‘nacionales’ ya que General Motors decidió que se fabricaría en Zaragoza, fabricándose miles de unidades del modelo del segmento B. Lo que no se conoce tanto es que estuvo a punto de fabricarse, también en la misma fábrica de Zaragoza, una versión descapotable de aquel Corsa además de los hatchback y sedán que vimos en nuestras carreteras, así como las versiones de cuatro y cinco puertas.
Desde el primer Opel hasta los Speedster, GT y Cabrio, disfrutando melena al viento
Opel tiene una historia curiosa con los descapotables comenzando por su primer coche, el Opel Patentmotorwagen System Lutzmann de 1899 que no llevaba techo, como tampoco lo tenía el 4/8 ‘Doktorwagen’, un biplaza con techo de lona. En los años veinte y treinta vendrían otros modelos descapotables de la marca como el 10/40 PS, el 7/34 PS, el Opel 6 o el Opel Aero Kadett presentado en el Salón de Ginebra de 1976. El Corsa pudo haber seguido esta tradición.
Opel Corsa
En su lugar, fue el Opel Kadett E el que recibió carrocería descapotable, incluso en la versión deportiva GSi, uno de los grandes hot hatchs europeos de aquellos años (y posiblemente el más infravalorado). Más tarde llegarían otros descapotables de Opel como el espectacular Speedster (que tuvo además versión Turbo), el interesante Opel GT (Saturn Sky en Estados Unidos) o el Opel Cabrio, conocido sobre todo por tener en otros mercados uno de aquellos nombres que en España igual no sonaban del todo bien: Cascada.
Cuando se presentó el Corsa A en el Salón de Ginebra de 1982, ya había ideas que daban a pensar que habría versión sin techo. Si se iba a fabricar, sería en Zaragoza…y es que se trabajó durante un tiempo en sacar un Corsa con techo de lona. Este sería un cuatro plazas, no un biplaza como otros descapotables y estuvo cerca de tener la luz verde para producirse en serie.
No obstante, finalmente se quedó como una de las muchas curiosidades, uno de los infinitos ¿y si…? de la historia del motor. De todos modos, en Zaragoza también acabaría fabricándose el Kadett que sí recibiría una carrocería descapotable, obra del reconocido carrocero Bertone (quienes años después fabricarían una preciosa versión ‘alargada’ del Astra G).
Los Corsa A descapotables que sí se vieron por el mundo: Emelba e Irmscher
En cierto sentido, sí que hubo un Corsa A descapotable, aunque no fue un diseño de Opel que se produjera a gran escala como tal. La empresa catalana Emelba llegó a fabricar varias conversiones de modelos a versiones Cabrio, llegando a hacer una del Opel Corsa que llegó en 1984. Era un Cabrio particular, cortado tras el pilar B y con el techo de lona extendiéndose hasta las cabezas del conductor y acompañante. Más que un cuatro plazas como el Corsa que casi se ‘cocinó’ en Zaragoza, era una configuración 2+2 con una banqueta detrás.
Además del Corsa Cabrio de Emelba, que se podía adquirir en los concesionarios de Opel, existió otra variante más para llevar la melena al viento. El preparador Irmscher, los mismos que se habían encargado del mapa motor del Corsa GSi, mostró en 1986 su interpretación de la idea: el Corsa Spider GL, transformando cada unidad del Corsa en sus propias instalaciones en Alemania.