A finales de junio de este mismo año, se anunció la renovación del logotipo de Opel para los coches que el fabricante presente o lance al mercado a partir de 2024. Tal emblema, con cambios tan sutiles que pueden llegar a ser imperceptibles para los menos observadores, se mostraría material y públicamente sobre un automóvil en el IAA Mobility 2023 que se celebrará a principios de septiembre en Múnich (Alemania). La idea era hacerlo mediante el debut de un prototipo. Sin embargo, este ha sido desvelado antes del evento y, aunque porta la insignia de Vauxhall (división británica) en lugar de la de Opel, se trata de un vehículo conceptual interesante.
Bautizado como Opel Experimental, esta especie de coupé sobreelevado (algo así como un “crossover” de tres puertas y cuatro plazas) es un laboratorio con ruedas que, como su propio nombre indica, equipa tecnología disruptiva y futurista al tiempo que desvela el lenguaje de diseño que los germanos implementarán en sus próximos productos. La firma no asegura que vaya a construir en serie un modelo basado en este, pero sí se va a inspirar en su apariencia, denominada “Bold and Pure”. También es una apuesta por la sostenibilidad, ya que su modo de impulsión y sus ingredientes de fabricación son, en teoría, más respetuosos con el medio ambiente.
Un “concept car” 100% eléctrico, rompedor y vanguardista con tanto espacio como una berlina mediana
Lleva instalado un sistema de propulsión eléctrico con dos motores, lo que le confiere tracción integral, y se ha creado sobre la nueva plataforma STLA Medium. Desde la empresa teutona indican que, por sus dimensiones, competiría en el segmento C, luego podría contar con entre 4,2 y 4,6 metros de longitud, pero que su habitáculo es tan espacioso como el de una categoría superior (sedanes o familiares de tamaño medio). Tampoco se han ofrecido especificaciones técnicas acerca de su potencia, su capacidad de aceleración o su autonomía, aunque sí se han detallado gran parte de sus innovaciones tecnológicas.
Algunos ejemplos son un conjunto de piezas móviles para la carrocería cuyo objetivo es mejorar la aerodinámica y ajustarla a cada situación. Elementos como un juego de llantas carenadas o unos retrovisores con cámara, que tienen el mismo propósito, son más habituales, si bien estos últimos han sido colocados de una manera casi invisible sobre el pilar posterior de la estructura (y no en el anterior, como suelen ubicarse). Varios de los componentes, tanto del exterior como del interior, están hechos con materiales reciclados, existen proyectores multimedia en vez de pantallas y el volante se esconde tras el salpicadero cuando no se usa, fruto de una dirección por cable.
Evidentemente, se trata de un coche con un nivel avanzado de conducción autónoma, gracias al cual es posible incorporar progresos en la cabina que hoy en día todavía son impensables en vehículos de producción. Al margen de este aspecto, otros detalles curiosos del Experimental son una fusión entre las ópticas y la moldura del Opel Vizor, unos paneles muy esculturales y voluminosos, unos asientos adaptativos o unos tejidos electrocrómicos que, según Opel, “sumergen a los ocupantes en una luz atmosférica que crea un ambiente perfecto para el bienestar”. ¿Llegarán esta serie de inventos a las calles?