Cuando no tenía sueño, solía pensar en el Opel Grandland X. Cuando fue lanzado al mercado, era un coche francamente insulso. Su diseño no arriesgaba en ningún punto, al igual que su interior o su dinámica, que cumplía, pero no destacaba en ningún punto. Era un coche absolutamente anónimo y carente de personalidad. Después, se convirtió en Opel Grandland «a secas», y con sus lavados de cara llegaron un frontal y un habitáculo con mucho más carácter. Pero, ¿es esto suficiente para que sea un coche cautivador? Quizá la versión GSe sea la respuesta.
GSe es la denominación que Opel usa para designar a las versiones más deportivas de su gama, siempre con mecánicas híbridas enchufables. Es una denominación inspirada en el prototipo Opel Manta GSe. En el caso del Opel Grandland GSe los cambios se centran en una estética más deportiva y una puesta a punto más dinámica. A nivel visual tengo que reconocer que este Grandland GSe gana bastante empaque visual. Sus llantas de 19 pulgadas son específicas, y la carrocería está pintada en doble tono, negro para el techo y capó, blanco para el resto.
Opel Grandland
En el frontal tiene llamativas tomas de aire y todos los pasos de rueda son del color de la carrocería. En la zaga hay molduras específicas en la parte inferior del paragolpes y se tiñen de negro los nombres de los emblemas. En el interior los cambios son más discretos, y prácticamente se limitan a un par de asientos delanteros deportivos, con certificación AGR para espaldas sanas, y tapizados en Alcantara. La puesta a punto del coche mejora gracias a la adopción de amortiguadores Koni FSD de frecuencia de amortiguación selectiva.
A estos amortiguadores se unen geometrías revisadas en la suspensión independiente del coche, logrando un comportamiento más aplomado y estable, tanto en curva como a alta velocidad – según palabras de Opel. A nivel mecánico no hay cambios: el Opel Grandland GSe equipa la mecánica híbrida enchufable de 300 CV y doble motor eléctrico que ya estaba disponible en la gama Grandland. El Grandland GSe es capaz de acelerar hasta los 100 km/h en 6,1 segundos. La marca no ha anunciado aun su autonomía 100% eléctrica, pero todo apunta a 59 km WLTP y 1,3 l/100 km de consumo.
La cifra de consumo sí es definitiva y es idéntica a la del Grandland Ultimate con idéntica mecánica. El Opel Grandland GSe sigue sin ser un coche pasional o demasiado cautivador dentro de su segmento, pero a nivel estético se diferencia lo suficiente de otras versiones y es considerablemente más atractivo que otras versiones de la gama Grandland.