El sedán de tres cuerpos atraviesa un momento muy delicado, algo más que una crisis de identidad. El sedán que antaño era reflejo de la búsqueda de automóviles distinguidos y aspiracionales ha sido desbancado, casi por completo, por los SUV. Y ese efecto es aún más acusado entre los generalistas, que aún aspirando a recortar distancias con los premium – y el trío alemán definido por Audi, BMW y Mercedes-Benz – se encuentran con que el atractivo de los SUV eclipsa poco a poco a productos con tanto porte como el nuevo Opel Insignia Grand Sport. Pero eso no es lo único que nos importaba en esta ocasión al respecto del nuevo Opel. Ya hemos podido poner a prueba al Opel Insignia Grand Sport, en una primera toma de contacto que es más que suficiente para hablaros de lo que ha mejorado, y lo que no, en un producto que sin duda será uno de los rivales a batir de la categoría.
1. El Opel Insignia Grand Sport es más ágil y dinámico
Opel tenía un problema realmente importante, sus productos eran demasiado pesados, lo cual lastraba sus prestaciones y hacía que su rendimiento dinámico no estuviera a la altura del ofrecido por sus rivales. Esto además plantea un problema. Un coche demasiado pesado siempre te dará la sensación de que su motor no tiene la potencia que homologa y te pedirá que inviertas algo más en un motor más potente para resolver sus carencias.
Por suerte, Opel ha remediado la situación. El nuevo Opel Insignia Grand Sport es hasta 175 kilogramos más ligero que su predecesor, llegando el ahorro de peso hasta los 200 kilogramos en el caso del Opel Insignia Sports Tourer. Hablamos de una mejora muy importante, si bien es cierto, hablamos de ahorros máximos – porque el ahorro real dependerá de la combinación de motor y equipamiento escogida – que serán los que se alcancen al escoger el nuevo motor 1.5 Turbo de 165 CV frente al antiguo motor 1.6 Turbo al que sustituye.
Del Opel Insignia Grand Sport podemos decir que, sin ser el más ágil de su categoría, sí nos ha resultado suficientemente dinámico para circular a buen ritmo por carreteras reviradas, con confianza. Y el rendimiento de sus motores también nos ha convencido. Y en todo ello, estamos seguros de que ha contribuido su ahorro de peso.
Fijaos en que su carrocería se ha aligerado 59 kilogramos, empleando – entre otras cosas – aceros de alta resistencia, una solución que ya vienen empleando sus rivales desde hace tiempo.
2. Una imagen renovada, con la misma clase de siempre
Desde el primer Opel Insignia ya nos encontramos con un producto que, junto con aquella generación del Opel Astra, marcaría el devenir estético de toda la gama Opel. Con este Insignia – que ahora se llama Insignia Grand Sport – tampoco ha habido sorpresas. Opel ha afianzado la imagen de la última generación del Opel Astra plasmándola en un Opel Insignia Grand Sport que además va más allá buscando un toque distinguido y moderno, siguiendo los rasgos del Opel Monza Concept.
Con un techo con ligera caída hacia la zaga, una luneta posterior muy inclinada, y un voladizo trasero corto, el Opel Insignia Grand Sport aspira a situarse en un punto intermedio entre el sedán más tradicional, y esta suerte de berlinas de corte deportivo con estilo de coupé que ha proliferado en los últimos años. Digamos que si somos estrictos sería una alternativa al Volkswagen Passat, pero tampoco estaría demasiado lejos del nuevo Volkswagen Arteon.
En este nuevo Opel Insignia Grand Sport, además, no habrá carrocería sedán con tapa de maletero tradicional, con 4 puertas. Únicamente se comercializará con una carrocería sedán de 5 puertas, amén de las versiones familiares, el Opel Insignia Sports Tourer y el Opel Insignia Country Tourer.
3. Un habitáculo moderno y mejorado, ¿pero de calidad?
Opel ha resuelto otro problema que no es baladí. Durante mucho tiempo hemos lamentado que la calidad percibida en sus coches no estuviera a la altura de su precio, sobre todo por materiales y ajustes cuanto menos mejorables. Opel ha conseguido dar un gran salto en cuanto a calidad percibida y ajustes, y para ello no ha requerido emplear materiales nobles, de hecho sigue apostando por materiales sencillos y económicos. La gran mejora la ha experimentando diseñando un salpicadero y una consola central con una integración de la botonera y la pantalla menos compleja, y menos susceptible de problemas de ajuste.
La integración de la pantalla del sistema de entretenimiento, que con la opción IntelliLink Navi 900 llega a las 8 pulgadas (de serie cuenta con IntelliLink R 4.0 de 7 pulgadas) es excelente. Los ajustes son correctos. Y aunque sigue habiendo presencia de materiales tan delicados como plásticos en negro piano, ya no ocupan tanta superficie como en su predecesor.
Nos ha gustado la evolución, aunque también hubiéramos aspirado a que Opel fuera un poco más allá de lo ya visto en el Opel Astra y este nuevo Opel Insignia Grand Sport se diferenciará por gozar de un toque de calidad superior con respecto al compacto.
Nos ha gustado, por ejemplo, la combinación de indicadores analógicos y digitales de la instrumentación. Es una solución elegante y sobria, pero a la vez moderna. El Opel Insignia Grand Sport también puede contar con un Head-Up Display, que proyecta información en el parabrisas.
4. La tecnología del Opel Insignia Grand Sport
El Opel Insignia también llega muy bien dotado, especialmente en lo que respecta a seguridad y ayudas a la conducción. No faltan los asistentes de mantenimiento de carril, control de crucero adaptativo, frenada de emergencia automática, alerta de tráfico transversal, asistentes de aparcamiento, indicador de distancia de seguridad, aviso de cambio involuntario de carril y alerta de ángulo muerto, o tecnologías mejoradas con las que el Insignia ya fue pionero, como el reconocimiento de señales de tráfico.
Si tuviera que mojarme y escoger mi tecnología favorita, esa sería la de sus faros IntelliLux LED. Aunque aún no hemos tenido ocasión de conducir por la noche el Opel Insignia Grand Sport, sí que podemos tener una referencia clara de esta tecnología de faros adaptativos por haberla probado en el Opel Astra. Una tecnología capaz de iluminar el máximo área de la carretera – porque técnicamente funciona manteniendo permanentemente la iluminación de largo alcance – sin deslumbrar a otros conductores, creando sombras gracias a una matriz de LED.
En el Opel Insignia Grand Sport, además, disponemos del doble de segmentos LED que en el Opel Astra. IntelliLux LED en el Opel Insignia Grand Sport cuenta con 16 segmentos por faro, que aumentan la precisión a la hora de iluminar la carretera sin deslumbrar a otros conductores. El alcance de estos faros es de hasta 400 metros de distancia.
Nos encanta este sistema porque a día de hoy es el más efectivo para iluminarnos durante la noche y ofrecernos una conducción segura y relajada. Aún más por el hecho de que Opel sea pionera en su incorporación en productos generalistas, puesto que estamos más acostumbrados a ver este tipo de faros en modelos de Audi, o Mercedes-Benz. Como sucediera con el antiguo Opel Insignia, pionero en faros adaptativos con tecnología xenón, Opel vuelve a hacer que su buque insignia se diferencie en este aspecto.
5. Una gama de motores completa e innovadora
Aunque Opel espera que cada vez más clientes se decanten por alternativas de gasolina, el diésel seguirá dominando las ventas del Opel Insignia Grand Sport en España. El motor 2.0 CDTi de 170 CV de potencia probablemente sea el más recomendable, aunque tengamos un 1.6 CDTi de 136 CV para aquel que no busque unas prestaciones excelentes. Pero, salvo que nuestro objetivo sea recorrer varias decenas de miles de kilómetros al año, para lo cual un diésel sea a la larga la alternativa más económica, no descartaría el nuevo 1.5 Turbo de 140 o 165 CV de potencia. El rendimiento del 1.5 Turbo es excelente, es muy suave y muy lleno en todo el rango de revoluciones.
Y aunque, insistimos, los diésel sean los que dominen las ventas, para que un sedán como el Opel Insignia Grand Sport aspire a ser referencia y alternativa incluso a sus rivales premium, siempre es necesario contar con motores más potentes y deportivos.
La solución a la que ha recurrido Opel no ha sido otra que un motor 2.0 Turbo de 260 CV de potencia. Una mecánica en la que, más allá de la potencia entregada, hemos de fijarnos en su transmisión. El Opel Insignia Grand Sport, y más concretamente esta versión, estrena una nueva caja de cambios automática de ocho velocidades, la única con la que se puede configurar el motor de 260 CV de potencia. Un cambio suave y efectivo, de esos que realmente nos recuerdan que no siempre es necesario un cambio de doble embrague.
Y aún más interesante su sistema de tracción. Opel ha estrenado un sistema de tracción total, que de nuevo será la única opción posible en este motor, desarrollado y fabricado por GKN. El mismo sistema de tracción total que emplea, por ejemplo, el Ford Focus RS. Y eso supone un cambio de mentalidad muy interesante, puesto que su diferencial central prima, primero, un tacto propio de un coche de tracción trasera y, segundo, un reparto de hasta el 100% del par a cada una de las ruedas traseras, gracias a dos embragues multidisco que se encargan de ello.
Y esto es sumamente interesante, porque teóricamente este sistema de tracción total primará el tacto de coche de tracción trasera que ya os decíamos anteriormente, y un tacto muy deportivo.
es potente y tracciona de maravilla, también es cómodo con su nuevo cambio automático, pero no es un sedán verdaderamente deportivo,
para eso habrá que esperar a un nuevo OPC
En la práctica, este motor convence, aunque no ofrezca un rendimiento deportivo, un tacto picante que sí hemos encontrado en coches como el Alfa Giulia Veloce. Es un motor con el que, quizás por las relaciones del cambio automático, tenemos la sensación de que su potencia, si bien es suficiente y elevada, no se corresponde con lo que esperaríamos en 260 CV.
Si bien es cierto el Giulia es más potente (+20 CV) y más caro, os daré un dato sumamente esclarecedor. Mientras un Alfa Giulia Veloce con motor 2.0 Turbo de 280 CV de potencia acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos, el Opel Insignia Grand Sport con su motor 2.0 Turbo de 260 CV de potencia necesita 7,5 segundos para practicar el sprint.
En cualquier caso, el Opel Insignia Grand Sport 2.0 Turbo si nos ha resultado divertido y suficiente para aquel que busque un motor de gasolina que ofrezca todas las garantías, un cambio automático decente y un sistema de tracción total con garantías.
De manera que la deportividad pura y dura se la dejaremos para un hipotético Opel Insignia OPC, que hasta la fecha aún no ha sido presentado ni confirmado.