Si estás leyendo este artículo, es porque en estos mismos momentos estamos probando el nuevo Opel Insignia GSi. Tres siglas míticas que vuelven al Olimpo de las altas prestaciones en Opel, tras más de un lustro de ausencia. El último coche en presumir de ellas fue el Opel Corsa D, con motores 1.7 CDTI de 125 CV y 1.6 turbo de 150 CV. Los GSi no son tan radicales como los OPC, pero ofrecen un excelente equilibrio entre rendimiento, practicidad diaria y estética agresiva. En este artículo nos hacemos una pregunta un tanto peculiar, ¿qué tienen en común el Opel Insignia GSi y el Ford Focus RS?
Opel Insignia GSi y Ford Focus RS: más similares de lo que piensas
El Opel Insignia GSi es la versión más enfocada a la deportividad de la berlina de Opel. Está animada por un motor 2.0 turbo de 260 CV, asociado a un sistema de tracción integral. Este propulsor y el sistema de tracción total ya estaban disponibles como tope de gama en los Opel Insignia. Los GSi aportan un envoltorio mucho más agresivo visualmente, así como una puesta a punto más deportiva, sin llegar a ser radical en extremo como ocurre en los OPC. En este artículo os hemos contado todos los detalles del nuevo Opel Insignia GSi, también disponible en carrocería familiar Sports Tourer.
El principal arma del Opel Insignia GSi es su puesta a punto. Su suspensión acerca su carrocería al suelo en 10 mm más que otros Insignia, y su mayor firmeza permite un paso por curva más ágil. El chasis adaptativo FlexRide es de serie, como también lo son neumáticos Michelin Pilot Sport 4 y un equipo de frenado firmado por Brembo. Los 260 CV de esta berlina son transmitidos a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de ocho relaciones. Muy bien Sergio, ¿pero qué tiene todo esto que ver con el Ford Focus RS, un compacto deportivo de altos vuelos, 350 CV y caja de cambios manual?
La clave está en su sistema de tracción integral, que es el mismo sistema Twinster, desarrollado por la empresa sueca GKN. Como recordaréis, el sistema Twinster del Ford Focus RS mandaba hasta un 70% de la potencia del motor al eje trasero, en el que un sistema de dos embragues multidisco reparte el par. Este sistema de vectorizado de par motor puede mandar hasta un 90% de la potencia recibida por el eje posterior a una de las dos ruedas, en cuestión de milisegundos (60 ms, concretamente). Cuando los ingenieros de Ford estaban poniendo a punto el sistema, descubrieron que podrían fácilmente implementar un «Drift Mode» usando este hardware.
Y así lo hicieron: el «Drift Mode» del Ford Focus RS permite sostener gigantescos derrapes, en parte gracias a sus 350 CV de potencia, pero principalmente, gracias al comportamiento intachable de su avanzado sistema de tracción total. Cuando Opel anunció el lanzamiento de versiones de tracción total del Insignia nuestra reacción fue pensar en pura lógica de mercado, no en diversión al volante. Hasta que supimos que GKN firmaba este sistema de tracción integral inteligente. Como es evidente, su puesta a punto no es tan radical como la del Ford Focus RS, pero su lógica de funcionamiento es idéntica.
En el caso del Opel Insignia GSi, hasta el 60% del par motor puede ser transmitido al eje trasero, que en milisegundos lo reparte entre ambas ruedas, teniendo en cuenta factores como la posición del acelerador, del volante o el tipo de firme sobre el que circulamos. En los modos de conducción más deportivos, el eje trasero tiene más protagonismo, y se lograría ese comportamiento ligeramente sobrevirador que nos gusta a los amantes de la conducción. El Opel Insignia GSi tiene cuatro modos de conducción, y en el más radical – llamado Competición – el control de tracción está 100% desconectado. Toda una declaración de intenciones.
En unos días os contaremos cómo va el Opel Insignia GSi, y si de verdad es tan dinámico como la marca promete. No os vayáis muy lejos.
