Todos los años se celebra en Oschersleben una importante concentración de coches Opel, especialmente coches preparados o tuneados. Este tipo de eventos – como puede ser el Wörthersee Tour para Volkswagen – son en cierta medida apoyados por las marcas, y en esta ocasión, Opel ha presentado un coche conceptual muy especial. Se trata de una Opel Zafira Life, una furgoneta de pasajeros desarrollada sobre una plataforma PSA, cuyos mellizos son los Peugeot Traveller, Toyota ProAce y Citroën Spacetourer. Esta Opel Zafira Life trata de imitar en clave moderna a la mítica GMC Vandura del Equipo A.
Una inspiración un tanto irónica, especialmente si tenemos en cuenta que la marca alemana ya no está bajo el paraguas de General Motors. En cualquier caso, la Opel Zafira Life «O-Team» – en inglés, el Equipo A es «The A-Team» – es una propuesta de lo más curiosa, sin viso alguno de llegar a producción. Para empezar, en el paragolpes delantero han instalado una barra de color negro, una «bull-bar» de aspecto muy americano. El esquema de colores de la Opel Zafira Life «O-Team» está pintado en un esquema de colores triple, concretamente blanco, amarillo fosforito y un azul marino muy oscuro.
Las llantas son unas BBS de 20 pulgadas de diámetro, envueltas en neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, los más adecuados para un Porsche 911 GT3 RS. Su suspensión de muelles ha sido reemplazada por una suspensión de aire de altura regulable y sobre el portón trasero se ha instalado un spoiler fijo. Si nos fijamos bien, en el tren delantero se han instalado unos discos de freno de mayores dimensiones – concretamente de 380 mm diámetro – con unas llamativas pinzas amarillas de doble pistón, en busca de una mayor potencia de frenado. Aunque tiene un aspecto francamente deportivo, la realidad es que bajo el capó no hay un motor V8, ni siquiera un motor potenciado.
Equipa el mismo 2.0 turbodiésel de 177 CV de otras Zafira Life, un motor que pasa su potencia al tren delantero mediante una caja de cambios automática de ocho relaciones, una Aisin de convertidor de par. Aunque tenga un motor diésel bajo el capó, Opel ha instalado unos altavoces y un modulador de sonido en sus bajos, que hacen que suene como si tuviera un enorme motor V8 bajo el capó. En su interior se han instalado los asientos deportivos de un Opel Insignia GSi y el mismo esquema de colores exterior, con el protagonismo de los detalles amarillos en instrumentación y volante.