Ojo, que el título de este artículo es afirmativo y no una pregunta, pues es una auténtica pena que uno de los mayores focos de atención del nuevo Mercedes SL se haya centrado en la mecánica de cuatro cilindros cuyos detalles acaba de desvelar la firma de la estrella, y es que no siempre se necesita un enorme V8 bajo el capó para pasar a la historia.
De hecho, el primer SL que estuvo en producción entre 1955 y 1963 hacía uso de un motor de cuatro cilindros. No obstante, todas las demás generaciones del descapotable alemán han recurrido a mecánicas de seis, ocho y hasta doce cilindros, convirtiéndose así en una característica más del mismo y sin las cuales parece como si fuese menos SL.
El downsazing no entiende de segmentos ni precios
Sin embargo, las limitaciones actuales y el downsizing han permitido que los de Stuttgart pongan en el mercado un modelo como el Mercedes-AMG SL 43 que con toda seguridad gracias al despliegue tecnológico movilizado hará que nos olvidemos que bajo el capó sólo hay cuatro cilindros, ya que las sensaciones de estos nuevos motores de baja cilindrada hipervitaminados no son las que transmitía un 1,6 litros de hace diez años con 200 CV que debido al enorme turbocompresor usado entregaban toda la potencia mal y de sopetón, haciendo al conductor sentir torpe al no llegar a encontrar la marcha correcta en una conducción entusiasta al tener una parte baja del cuentavueltas menos animada que una fiesta del imserso y una parte alta que se agota antes que la Play Station 5 en Reyes.
Para llenar esos vacíos de par y disminuir el llamado turbo-lag existen técnicas como un turbo twin-scroll o un sistema biturbo, aunque Mercedes con el M139 de 381 CV que también usa el Mercedes-AMG A45 ha ido un paso más allá al incluir un turbo eléctrico que permite eliminar por completo esos hándicaps y que también se ve reforzado por el sistema microhíbrido de 48 V.
Por tanto, no es justo decir que este SL 43 de cuatro cilindros es menos SL o que por ello pueda convertirse en el patito feo de la gama. Es más, no creo que muchos de sus potenciales compradores sepan cuántos cilindros lleva su nuevo y flamante descapotable, pues no nos olvidemos que BMW hizo un estudio en su día llegando a la conclusión que gran parte de los conductores de sus coches desconocían que eran propulsión trasera y/o no valoraban esta cualidad, lo cual les dio el empujón que faltaba (unido a los millones de euros que ahorrarían) para crear el actual Serie 1 de tracción delantera.
Muchos cuatro cilindros se han hecho un hueco en el Olimpo de los coches
Pero como decíamos al principio, no se necesitan más de cuatro cilindros para pasar a los anales de la historia, incluso con tres bastarán cuando pasen unos años y echemos la vista atrás recordando al Toyota GR Yaris. Así pues, dos mitos de los finales de los ochenta y principios de los noventa como el BMW M3 E30 y el Mercedes 190 Cosworth equipaban un motor de cuatro cilindros y a día de hoy no son precisamente baratos en el mercado de segunda mano.
Asimismo, también han existido y existen varios deportivos de bastante renombre y cualidades más que contrastadas con bloques tetracilíndricos, como es por ejemplo el caso de Porsche con el 968 que equipaba un tres litros de 240 CV o las versiones de acceso de los actuales 718 Cayman y 718 Boxster, además de dos clásicos que forjaron su nombre en el Mundial de Rallys como el Mitsubishi Evo y el Subaru Impreza, sin olvidar otros buenos ejemplos como son el Alfa Romeo 4C, el Alpine A110 o el Lotus Elise, si bien es cierto que salvo el 968 ninguno de ellos juega o jugaba en el segmento de los gran turismo.
En definitiva, este Mercedes-AMG SL43 es y será un cochazo con todos sus defectos y virtudes, pero en ningún momento deberíamos pensar que el cuatro cilindros jugará en su contra, sino todo lo contario, pero a mí, como petrolhead, póngame un buen V8 atmosférico, de esos que ya no se pueden comprar.