Desde que conocimos las primeras informaciones sobre el Plan Renove allá por el mes de junio son muchos los artículos y guías que hemos preparado sobre el mismo, contándoos todo sobre él, las condiciones para poder beneficiarse de sus ayudas, las cuantías de las mismas… así como las diferentes ofertas que os traemos habitualmente en Diariomotor para que no se os escape ningún chollo. Con toda esa información que he ido digiriendo poco a poco he construido mi propia opinión personal sobre el mismo, que como puedes ver en el titular no el mejor de todas las posibles, y que comparto en este artículo a modo de columna. No obstante, vaya por delante que su intención no es criticar al actual Ejecutivo, pues los planes para incentivar la compra de vehículos presentados por las dos formaciones de distinto color que han gobernado nuestro país en el fondo son todos muy similares.
¿Por qué no es tan ecológico el Plan Renove?
Uno de los pilares que nos vende el Plan Renove, o al menos los encargados de defenderlo, es que incentiva la renovación de nuestro envejecido parque móvil, el cual cuenta con una edad media de casi 13 años, en favor de coches más modernos y respetuosos con el medioambiente, los cuales tienen un menor consumo y nivel de emisiones. Es cierto, sería de tontos negar que un coche 15 años más joven no va a consumir y contaminar menos, sólo basta con echar un ojo a los datos técnicos.
No sé si os acordáis, pero escribiendo estas líneas se me viene a la cabeza eso de la «regla de las 3 R» como medida para cuidar el medioambiente y reducir nuestro impacto. Reducir, reutilizar y reciclar. Ahora bien, condición sine qua non de este respetuoso Plan Renove es achatarrar un vehículo con diez años de antigüedad. A mi modo de ver, un coche con diez años aún tiene mucha vida por delante, de hecho, mi actual coche tiene 13 años, y de todos cuantos he tenido, sólo uno lo compré con menos de esa edad. ¿De verdad el coste medioambiental de fabricar un coche nuevo va a compensar la reducción de emisiones del achatarrado? ¿No sería mejor intentar aprovechar la vida de ese?
Según te contamos en un artículo en el que hablábamos sobre la huella de carbono de un coche eléctrico, fabricar uno con motor de gasolina supone unos 5.493 kg de CO2, a los que suman otros 65 kg de achatarrar el viejo, es decir, comprar ese coche nuevo acogiéndose al Plan Renove tiene un coste de 5.558 kg, por no hablar de qué se va a hacer con esa chatarra, pues no todo el material es reutilizable. ¿Cuántos kilómetros habría que recorrer para compensar esa cifra? Si tenemos presente que por cada litro de diésel quemado se libera 2,6 kg de CO2, y que traer ese mismo litro hasta el surtidos de tu gasolinera habrá supuesto otros 2,2 kg de CO2 contando desde el momento de la extracción del crudo, estaríamos hablando de unos 75.000 km si el coche que destruimos tiene un consumo de 6,5 litros/100 km y el nuevo de 5 litros. No obstante, es cierto que las emisiones de NOx y partículas sólidas son menores.
¿Por qué no supone una ayuda tan cuantiosa?
Vayamos al tema económico. Olvidándonos de los coches eléctricos e híbridos, y centrándonos en una motorización convencional, que es la que comprará la mayoría de las familias, ya que muchos de los primeros tienen unos precios elevados para el bolsillo medio, la mayor ayuda que recibiremos del Plan Renove por adquirir un coche con etiqueta C y eficiencia A según el IDAE es de 800 € directos a los que se suman otros 800 € por parte de la marca o concesionario. ¿En tan mal estado estará nuestro coche de diez años para que en el mercado de ocasión no podamos obtener por el unos 2 o 3 mil euros? Pero eso no es todo, pues esa ayuda tributará en nuestra declaración de la renta, por lo que al final será un poco menor. Así pues, sólo en el caso de achatarrar un coche con más de 20 años, supuesto en el que tendremos derecho a otros 500 € adicionales, alcanzando un montante total de 2.100 €, puede resultar ventajoso económicamente según el tipo de coche que tengamos.
Conclusiones
Mi opinión es que el Plan Renove no debería influir para tomar una decisión tan importante y de tanto calado económico como es la compra de un coche nuevo, que no de un nuevo coche, y que sólo es interesante acogerse a él en el caso de tener un coche con más de los mencionados 20 años de edad en el caso de tratarse de un modelo muy, muy poco valorado en el mercado de ocasión. Asimismo, y teniendo en cuenta que la mayoría de los conductores realizan unos 15.000 km anuales, ese plazo de 5 años en rentabilizarlo ecológicamente no es tan grande como a priori puede parecer, pero tampoco tan crucial. Lo que sí está claro es que este Plan Renove no va a salvar las ventas de un sector que encadena desde agosto bajada tras bajada en el número de matriculaciones.
No obstante, incentivos como los del Plan MOVES II, con descuentos que superan los 5.500 € para la compra de coches eléctricos, sí que pueden tener mucho más sentido, y de hecho, la rapidez con la que se están agotando los fondos destinados a esta campaña, y a la anterior, lo demuestra. Pero para una apuesta más real y sincera, encaminada hacia el vehículo eléctrico que no deja de ser el futuro de la industria del automóvil, convendría dar un paso más allá, empezando por una mejora de la red de recarga eléctrica sin escusas o subvencionar el precio del kWh en esos puntos de recarga rápida, pues con una tarifa de 0,40 €/kWh el coste de recorrer 100 km son 6 €, prácticamente lo mismo que en un diésel. De reducir el IVA en ese tipo de coche me olvido.
