El Land Rover Defender, el Range Rover y el Discovery no existirían hoy día de no ser por Jeep. Concretamente por un Jeep Willys que usó el ejército de los Estados Unidos y terminó en una granja.
Rover en período de postguerra
La guerra había terminado y los sedanes de lujo de Rover ya no se vendían. Esto hizo que la marca se pusiera las pilas en buscar la manera de ofrecer un medio de transporte básico y económico a los ciudadanos. La cosa era salir adelante como empresa.
Land Rover Range Rover
Un tal Maurice Wilks, que era el jefe de diseño de la marca, tenía uno de esos Jeep Willys que tras las numerosas contiendas había terminado convirtiéndose en el coche para todo de su finca.
Land Rover y Jeep Willys
El Jeep era algo básico, pero resultaba un excelente punto de partida. No era para menos, teniendo en cuenta los altos estándares que impuso el gobierno de los Estados Unidos a la hora de que este todoterreno se diseñara.
Rover quiso crear algo similar pero con algunas de las comodidades de un automóvil moderno. Con eso, el vehículo podría tener un potencial significativo en el país y en el extranjero, ofreciendo capacidad para ir a cualquier parte y un interior ligeramente más completo y cerrado comparado con el Willys.
El primer prototipo de 1947 utilizó el Jeep como base. Los buenos resultados propiciaron que al año siguiente, 1948, el Land Rover Serie I entrara en producción con la intención de ser un coche de uso agrícola y servicios de rescate. No podrían haber predicho el impacto global que tendría este todoterreno.
El Land Rover Serie I como precursor del Defender
Sobre chasis del Willys se puso un motor de gasolina de antes de la guerra mejorado, una caja de cambios capaz de manejar la tracción integral desconectable y un eje trasero de Rover. Podía transportar hasta 9 personas contaba con techo de lona y puertas delanteras desmontables. Es destacable el uso de aluminio para la carrocería debido a la escasez de acero tras la guerra.
En los 60 aumentó la demanda de 4×4 y Land Rover encargó a sus ingenieros crear un nuevo todoterreno que tuviera grandes capacidades fuera de la carretera, al tiempo que era confortable y familiar. En los 70 darían a luz al Range Rover, a finales de los 80 al Discovery y a finales de los 90 al Freelander.
De manera que ahora sabes por qué Land Rover podría no haber sido nada sin la existencia de Jeep. Más concretamente, sin la casualidad de que el jefe de diseño de Rover tuviera uno en su finca.