25 o como mucho 30 años. Esa es la esperanza de vida de un generador eólico. Toneladas de materiales que, por suerte, y en su mayoría, pueden reciclarse, al menos un 85% de la masa total del aerogenerador. Por desgracia, el tratamiento y el reciclaje de las palas del generador eólico no es tan sencillo y, sobre todo, es muy costoso. Un 10% de los residuos de materiales compuestos de fibra de carbono que se generan en Europa provienen precisamente de parques eólicos que han sido desmantelados.
Todos, sin excepción, queremos iluminar y calentar nuestros hogares con energía limpia y renovable. Y eso es precisamente lo que ofrece la generación eólica. Pero para que sea completamente limpia y sostenible requiere encontrar soluciones a problemáticas que están planteando todo un reto a los ingenieros, como el tratamiento y reciclaje de palas de aerogeneradores.
De entre todas las soluciones que se plantean, la que hoy nos ocupa es una de las más peculiares. Reconvertir las palas de aerogeneradores que han sido desmantelados en una suerte de pérgola para resguardar de las inclemencias meteorológicas a las bicicletas.
Palas de aerogenerador y parking de bicicletas
Dinamarca es el lugar en el que ya se están probando estas palas de generadores eólicos, que pueden llegar hasta los 80 metros de longitud, y que seccionadas, y asentadas en el terreno adecuadamente, disponen de espacio suficiente como para crear un socorrido aparcamiento para bicicletas (Siemens Gamesa).
No es la única solución que se ha planteado para buscar una segunda vida a las palas de los generadores eólicos, que ya hemos visto pueden utilizarse como estructuras de puentes y como soportes para instalaciones de energía solar.
La industria de las renovables también se las está ingeniando para diseñar palas para generadores eólicos reciclables. Siemens Gamesa, por ejemplo, ha diseñado una pala reciclable que se puede construir siguiendo los mismos procesos y alcanzando los mismos costes que una pala «convencional». Con la salvedad de que estas palas están conformadas mediante una mezcla de fibras de carbono, papel y vidrio, PET, y una resina, que facilitan que una vez desmantelada, los materiales con que se construyó la pala puedan separarse, para reutilizarse, tratando el residuo en una solución ácida templada.
