Su santidad, el papa Francisco, ha recibido hace unos días un nuevo papamóvil como obsequio de la Conferencia Episcopal de Japón, en concreto, uno de los dos Toyota Mirai impulsados por hidrógeno que la firma nipona cedió el año pasado para la visita del propio obispo de Roma a Japón en noviembre. Así, este modelo libre de emisiones contaminantes encaja perfectamente con las posturas que viene sosteniendo el papa Francisco, pero su precio sin la conversión cercano a los 80 mil euros lo sitúan muy lejos de la política de austeridad a la que nos tiene acostumbrados, y es que en varias ocasiones se le ha visto «aparcando» el Mercedes para viajar en un Ford Focus de segunda generación o en un Dacia Duster, sin olvidar el Ferrari Enzo y el Lamborghini Huracán LP580-2 que acabaron subastados.
El Mirai es la primera berlina de hidrógeno de producción
Este nuevo papamóvil, de color blanco, tal y como marca el protocolo, es un Toyota Mirai carrozado y especialmente adaptado a las necesidades del vicario de Cristo, contando con una longitud total de 5,1 metros y una altura de 2,7 metros, lo que le permite saludar de pie cómodamente a todos los fieles, incluyendo detalles como la escalerilla extensible para facilitar el acceso del papa Francisco, que ya cuenta con 83 años, una plataforma en la parte trasera para que los escoltas puedan subirse a ella o los escudos de armas del pontífice.
Toyota Mirai
Asimismo, y en línea a las nuevas posturas de la Santa Sede, carece del clásico blindaje de la caja posterior que se instaló tras el atentado sufrido por Juan Pablo II, y es es completamente abierta, a excepción de una pequeña estructura tubular que sostiene el techo transparente y la iluminación.
Como decíamos, este papamóvil se basa en el Toyota Mirai, la primera berlina de producción que cuenta con una pila de combustible de hidrógeno, la cual le proporciona una autonomía de 500 km emitiendo sólo agua como residuo. Para ello, cuenta con un depósito de 6 kilogramos de hidrógeno a altísima presión, el cual reacciona con el oxígeno de aire produciendo esa agua y electricidad que se usa para alimentar un motor eléctrico que es quien realmente impulsa el vehículo, cuya potencia desconocemos, pero que es superior a los 154 CV de la primera generación del Mirai y seguramente ronde los 204 CV del Lexus UX 300e puramente eléctrico.
Finalmente, cabe destacar que uno de los campos de investigación de Toyota hacia esa movilidad sostenible se basa precisamente en la pila de combustible de hidrógeno, la cual lleva desarrollando desde hace uno 20 años (casi tanto tiempo como el Prius) y que actualmente se empieza a ver aplicada en autobuses urbanos y carretillas elevadoras, sin olvidar las pruebas en carretera que están llevando a cabo con diferentes camiones en EE.UU., posicionándose así en la carrera del hidrógeno junto al camión XCIENT Fuel Cell de Hyundai.