Abanderado de la paz o no, hoy busco repartir un poco de justicia en el sector automovilístico; bueno, justicia o simplemente dar un tirón de orejas a los fabricantes por los cánones de diseño actuales. Durante los últimos años, hemos sido testigos de un crecimiento innecesario -e incluso absurdo en algunos aspectos- de elementos de coches, tales como llantas y lo más polémico, las parrillas. BMW avivó la trifulca tras anunciar que tanto el nuevo Serie 4 como los M3 y M4 contarían con una parrilla que ha protagonizado muchos memes en internet pero, ¿sabéis qué? La casa bávara no es la única que aplica esta práctica de parrillas XXL.
Y es que los cánones de diseño contemporáneos se han encargado de protagonizar esta acentuación de las parrillas entre otros componentes. Y no, no busco defender a BMW, pero sí hacer ver que al final es algo común en numerosas marcas y que resulta tan inverosímil como ridículo esta práctica que, en cierta parte, ha sido potenciada por nosotros, los compradores de coches, y por supuesto saciada por los fabricantes.
Las parrillas XXL, una práctica de diseño tan absurda como real
No hace falta irse muy lejos para descubrir que las parrillas de tamaño desmesurado abundan en el mercado. Podría tener su lógica si estas jugasen un papel fundamental en la refrigeración, pero vivimos tiempos oscuros que también se encargan de crear tomas de aire falsas que tan solo están, como se dice hoy en día, de postureo.
Marcas como Audi rompen todos los esquemas con vehículos como el Q8 o el nuevo RS3, que si bien podría excusarse tras esa supuesta necesidad de mayor aire para el cinco cilindros, ya adelantan sus mulas de prueba que su frontal tendrá una parrilla digna del panorama actual.
Pero no hay que analizar solo a las a firmas de corte premium y los coches deportivos, no, aquí hay para todos. El nuevo Hyundai Tucson, por ejemplo, también ejerce como buen coche moderno de la mano de una parrilla desmesurada. Otro caso es el del Mitsubishi Outlander, que enfatiza su ADN SUV con un frontal gobernado por eso que se ha convertido en motivación de estas palabras.
Para gustos, colores, diréis…
Sí, el diseño es algo muy subjetivo y nos podrá gustar más o menos, pero esto no impide que algunas modas sean sumamente absurdas y que tal vez debamos añadir a ese elenco de cosas del coche moderno que, literalmente, nos crispan los nervios. Y es que resulta tan sencillo como fijarnos en el catálogo de cualquier coche actual y ver las dimensiones de sus llantas.
Si no tienes llantas de 19, 20, 21 ¡e incluso 22 pulgadas! parece que no eres absolutamente nadie. Triste me hallo echando la vista atrás a cuando las llantas de 16 pulgadas -y mucho menos- eran normales, pero la moda de tener las ruedas más grandes no solo parece una cuestión de orgullo, sino también de tontería, sobre todo cuando descubres que cuanto más pulgada, más subirá el consumo y se reducirá el confort.
En fin, pongo aquí punto y final a este artículo a modo de desahogo sobre un sector automovilístico que tiene muchas cosas buenas pero también demasiada ornamentación superflua e innecesaria. No sé si todo tiempo pasado fue mejor, pero ojalá se recuperasen ciertos rasgos del automóvil de antaño. Llamadme nostálgico.