Seguro que en más de una ocasión has leído aquí mismo, en Diariomotor, algunos consejos para mejorar el rendimiento de tu coche o para aumentar su eficiencia, algo que es posible conseguir con ciertos hábitos de conducción. Para dar ejemplo, nos hemos puesto a los mandos de un Mazda CX-5 en el ALD Ecomotion Tour 2022, un eco-rallye en el que la eficiencia y la diversión buscan entrelazarse en una sana competición que nos permite sacar lo mejor de nosotros en cuanto a conducción eficiente: ¿Cómo nos habrá ido en este aventura por tierras madrileñas y castellanas?
Puede parecer un contrasentido, ya que cuando se compite en un rally, por definición se trata de recorrer el tramo delimitado lo más rápido posible, ¿verdad? Bien, en este caso hemos competido en un «eco-rally» junto con otros 24 equipos en el que el objetivo primordial para conseguir la victoria era recorrer los tramos cronometrados dentro de un tiempo establecido y, sobre todo, consumiendo la menor cantidad posible de carburante o energía. A nuestro servicio, un Mazda CX-5 con motor 2.0 Skyactiv-D de 150 CV y cambio manual, «montura» con la que debíamos recorrer los casi 300 km repartidos en diferentes tramos intentando gastar lo menos posible.
Así pues, en un recorrido dividido en 4 tramos, tanto conductor como copiloto debían poner a prueba sus habilidades tanto en orientación (no se utiliza GPS ni ningún elemento electrónico de orientación) como de conducción eficiente. En nuestro caso concreto, viajando con nosotros estaba César Ortiz, responsable de flotas de Mazda España.
¿Cómo recorrer 300 km con menos de 10 litros de combustible?
La pregunta, a priori, parece difícil de contestar sobre todo si tenemos en cuenta que estamos hablando de un recorrido por carretera abierta, con tráfico y con un turismo, «nuestro» Mazda, que homologa 5.6 litros/100 km en ciclo mixto bajo protocolo WLTP. Desde Leganés hasta Segovia, por carreteras de todo tipo incluyendo la subida (y correspondiente bajada) al puerto de Navacerrada. En estos primeros tramos la clave fue la suavidad al volante, buscando aprovechar siempre el máximo de inercia disponible y no sobrepasar nunca una velocidad que, en cualquier caso, podría penalizarnos si somos demasiado «rapidillos».
Tras los dos primeros tramos, el ordenador de abordo del coche marcaba un consumo medio que parecía haberse estabilizado en el entorno de los 4.5 litros/100 km, lo cual suponía ya una importante bajada respecto al consumo homologado. Intentando siempre no obstaculizar al resto del tráfico, si queríamos reducir lo máximo posible el consumo de carburante tendríamos que hacer más sacrificios: fuera el aire acondicionado y la radio y concentración máxima para aprovechar cualquier mínima inercia, algo que se hacía un poco complicado teniendo en cuenta los 35ºC que marcaba el termómetro exterior.
Con una velocidad media diferente en cada tramo, la prueba de consumo terminó a eso de las 19:00h tras haber completado un total de 282 kilómetros al llegar a la localidad vallisoletana de Olmedo. Hora de hacer números, para lo cual teníamos que repostar el coche hasta llenarlo por completo. Esa operación sólo la podía hacer el comisario de la carrera, que además era el encargado de certificar que la tapa del depósito seguía precintada tras la prueba. El resultado final: 9.94 litros en los mencionados 282 kilómetros, lo que arroja un consumo medio de apenas ¡3.52 litros/100 km!
Gracias a ello conseguimos, de hecho, vencer en nuestra categoría (SUV/turismos con motor de combustión) y, además, hacernos con la victoria también en la clasificación general al conseguir ser el vehículo que más redujo su consumo respecto a la cifra homologada. Sin duda, una grata experiencia que demuestra la importancia y el valor de la conducción eficiente, con prácticas que se pueden llevar a la vida real sin mayor problema. ¡Hasta el año que viene!
