La ITV es una dura prueba para muchos vehículos, especialmente si hablamos de coches mileuristas o coches entrados en años, para los que es ya un trámite anual. En un país muy dieselizado y con una edad media de los vehículos superior a los 13 años, es normal que la prueba de gases en la ITV sea uno de los grandes miedos de miles de conductores. Si tu coche tiene problemas para superar esta prueba, te aconsejo que sigas leyendo. Conocerás al detalle la puesta a punto italiana, el truco gratuito para pasar la ITV sin problemas con tu coche diésel.
¿Por qué la prueba de gases de la ITV es tan difícil?
Con el paso de los años, es normal que la mecánica de un coche diésel se «atragante» con los propios residuos de la combustión. La carbonilla satura la EGR y el filtro de partículas, y las impurezas del gasóleo se acumulan en los inyectores, sacándolos de punto. El resultado es un coche que puede tironear o no ir tan fino, y que en muchas ocasiones, arroja valores muy altos de opacidad en la prueba de gases de la ITV – acompañados de una infame nube negra. La causa no es solo el paso de los años, es también la conducción a bajas vueltas.
Cuando el motor circula ahogado, se genera mucha más carbonilla. Lo mismo ocurre si solo usamos nuestro coche diésel en trayectos cortos de naturaleza urbana. Esos trayectos de apenas unos minutos llevando a los niños al colegio, en los que el motor siquiera llega a calentarse, son realmente perjudiciales para el sistema anticontaminación de nuestro coche. Por fortuna, podemos evitar una ITV desfavorable de forma muy sencilla y gratuita. Consiste en practicar la «puesta a punto italiana» antes de llegar a la estación de ITV donde vamos a pasar la inspección.
Cómo hacer una buena puesta a punto italiana
En primer lugar, circula durante al menos 15 o 20 minutos para asegurarte que el aceite del motor está a temperatura de servicio. Entonces, acelera el motor diésel por encima de las 3.500 rpm mientras circulas, haciendo aceleraciones y deceleraciones progresivas. Para no exceder los límites de velocidad y forzar un régimen alto de giro usa marchas cortas. Puedes intercalar dichas aceleraciones con una circulación durante unos minutos por encima de las 3.000 rpm, algo especialmente fácil en una carretera o ronda circunvalación.
Si tu coche está correctamente mantenido y el coche no está en un mal estado mecánico, tu motor no sufrirá en absoluto – aunque suene estruendoso y forzado. Es más, estarás ayudando de forma considerable a la mecánica del coche, que expulsará de forma violenta una gran parte de la carbonilla acumulada en el sistema de escape y los sistemas anticontaminación. La puesta a punto italiana es muy efectiva, pero en los casos más graves puede ser necesario combinarla con aditivos limpiadores y en casos extremos, con una limpieza física de las piezas saturadas.
Esto puede pasar en coches con un filtro de partículas muy saturado o dañado – son piezas con una vida útil inferior a la del coche – o en vehículos cuyo sistema de inyección está en muy mal estado. No obstante, en la mayor parte de casos, conseguirá que tu coche supere la prueba de gases sin problemas. Si quieres mantener el motor limpio, mejorar sus prestaciones y aliviar su consumo, no olvides de practicar la puesta a punto italiana de cuando en cuando. Como solía decirse antiguamente, «un corte al día, evita la avería».