Los sistemas limpiaparabrisas no han evolucionado demasiado desde su aparición en 1903. Esta idea ha mejorado su calidad y eficiencia a lo largo de los años, pero la realidad es que el concepto de funcionamiento se mantiene intacto desde entonces. Por ello, en Tesla parecen haber encontrado una nueva forma de entender este elemento de vital seguridad, un nuevo sistema limpiaparabrisas patentado por Tesla que de llegar a las calles podría ser toda una revolución.
Según ha descubierto Jalopnik al analizar unas patentes de Tesla, la idea del fabricante californiano reside en la reinvención de cómo transmitir el movimiento al brazo limpiaparabrisas. Seguimos contando con un brazo limpiaparabrisas, pero en lugar de emplearlo a través de un movimiento semicircular descrito por un mecanismo que combina engranajes, brazos y al menos un motor eléctrico, la idea de Tesla simplifica mucho más todo.
El sistema patentado por Tesla emplea un único brazo vertical que se desplazaría por el cristal en sentido horizontal para así cubrir el máximo espacio posible. Este movimiento en lugar de basarse en un riel con un motor y unas correas, emplea un carril por donde mediante el uso de un campo electromagnético se conseguiría el desplazamiento de las guías que mueven el brazo limpiaparabrisas. La variación de ese campo electromagnético permitiría adaptar la velocidad de desplazamiento del limpiaparabrisas, pudiendo así adaptar la velocidad de movimiento en función de las necesidades de barrido.
Esta idea según Tesla no solo permite cubrir una mayor superficie para mejorar la visibilidad, sino que añade menos complejidad y consumo energético. Como principio de desarrollo es a todas luces un importante paso adelante, si bien el sistema arroja no pocas dudas en tanto al coste del sistema, su tolerancia a la acumulación de suciedad en el carril por el que se desplaza la guía del brazo y a las posibilidades del sistema para vencer la resistencia y tamaño que están alcanzado los brazos limpiaparabrisas con cristales cada vez más grandes. A todo ello hay que sumar el hecho de que, aunque se trata de un sistema que apenas ha evolucionado en décadas, los limpiaparabrisas convencionales consiguen una gran efectividad con un coste y complejidad muy reducidos.