Ya han pasado casi cuatro años desde que Reino Unido iniciase su proceso de desconexión para abandonar la Unión Europea. Pero sus consecuencias económicas siguen estando muy presentes hoy en día, hasta el punto que, de no revisarse los acuerdos comerciales establecidos entre Reino Unido y la Unión Europea, existe una amenaza real, primero, de que se incremente notablemente el precio de algunos coches nuevos, con subidas superiores a los 4.000 euros. Segundo, que la industria del automóvil de la Unión Europea sufra un fuerte revés y pierda competitividad con respecto a los coches fabricados en China.
Un incremento de precios medio de 4.000 euros en coches nuevos
Como veremos a continuación, la solución a este problema no es inmediata, ni tampoco sencilla. Un acuerdo del Reino Unido con la Unión Europea o, mejor dicho, con los miembros de la Unión Europea, podría dar un respiro a la industria, y a los compradores, especialmente en Reino Unido.
Pero a tenor de las últimas informaciones no parece que tal acuerdo esté cercano, y aún menos la solución que evitaría que buena parte de los coches eléctricos vendidos en Reino Unido y en la Unión Europea se vean gravados con un arancel del 10% y, como consecuencia de ello, experimenten subidas en el entorno de los 4.000 euros.
Afectará a importaciones y exportaciones de coches de la Unión Europea
La Society of Motor Manufacturers and Traders (SMMT) de Reino Unido está alertando de que el precio de algunos coches nuevos, eléctricos de baterías, podría experimentar un incremento de precios medio de 3.400 libras en Reino Unido y 3.600 libras en la Unión Europea, 3.923 euros y 4.154 euros, respectivamente, al cambio actual.
La aplicación del arancel del 10% y, por lo tanto, la posible repercusión de incremento de costes, que según la SMMT debería traducirse en un incremento medio de los precios en el entorno de los 4.000 euros, se repercutiría sobre aquellos eléctricos importados y exportados entre Reino Unido y la Unión Europea que no cumplan con las reglas de origen.
Reino Unido es uno de los principales destinos de exportación de los coches eléctricos fabricados en la Unión Europea. Mientras que la Unión Europea también importa algunos eléctricos de Reino Unido, como el Nissan Leaf, o los MINI eléctricos.
La sombra de China y el automóvil eléctrico
La situación actual no se debe, per se, a un ejercicio de proteccionismo y competencia entre Reino Unido y la Unión Europea, pero sí a un proteccionismo de Europa, en todo su conjunto, frente a la industria global. Tras la desconexión de Reino Unido y la Unión Europea, y la ruptura por lo tanto de los acuerdos y compromisos existentes, se estableció un acuerdo de cooperación y comercio que precisamente trataba de facilitar las importaciones y las exportaciones entre ambas regiones en este nuevo escenario.
Y fue entonces cuando surgió uno de los grandes dilemas y una posible solución. Intercambiar bienes y servicios, minimizando las barreras, entre Reino Unido y la Unión Europea era lo deseable, por ejemplo automóviles. Insistimos en Reino Unido es el principal destino de las exportaciones de automóviles de la Unión Europea. Pero en esas reglas debían establecerse unas normas, por ejemplo que una buena parte del valor de ese bien residiera en su manufactura en Reino Unido, o la Unión Europea. Una medida para evitar subterfugios que permitieran en el intercambio de bienes entre Reino Unido y la Unión Europea que hubieran sido producidos en gran medida fuera de Europa, por ejemplo en China.
Y aquí surge el problema. Los coches eléctricos, por la hegemonía china en la producción de baterías, en las materias primas que se requieren para esas baterías, y por el hecho de que una buena parte del valor de un automóvil eléctrico resida en su batería, llevan a que buena parte de su valor, aún estando fabricado en Europa, y como está establecido en las reglas de origen, proceda de China. Y eso implica que los eléctricos no puedan beneficiarse de estos acuerdos de comercio y, por lo tanto, deban asumir un arancel añadido del 10%.
Un intento de Europa para proteger su industria del automóvil
La Unión Europea y Reino Unido llegaron a un nuevo acuerdo y decidieron establecer una moratoria, por la cual los eléctricos podrían beneficiarse de los acuerdos de comercio, y evitar tal arancel, con que al menos un 40% de su valor y un 30% del valor de las baterías, residiera en la industria local. Esta medida debería proporcionar un respiro y, por otro lado, propiciar el desarrollo, tanto en Reino Unido, como en la Unión Europea, ya no solo de una industria ensambladora de coches eléctricos, sino también la producción de baterías.
En estos años hemos visto cómo, en efecto, se desarrollaba una industria cada vez más pujante productora de automóviles eléctricos y también grandes proyectos para la producción de baterías, en Reino Unido y en el territorio de la Unión Europea. La moratoria vence el 31 de diciembre. Y, llegados a este punto, la industria del vehículo eléctrico no parece estar suficientemente desarrollada como para que se cumplan los nuevos umbrales, que requieren que un 45% del valor del vehículo eléctrico, y un 50-60% del valor de sus baterías, quede en Reino Unido o en Europa.
En otras palabras. Muchos productos importados y exportados entre Reino Unido y la Unión Europea que, hasta ahora, estaban exentos de este arancel, a partir de ahora se verán cargados con un arancel del 10%. Ese arancel implicará un incremento de los costes en algunos vehículos eléctricos. Y, como consecuencia de ello, ese coste se repercutirá en un aumento de precios en los vehículos eléctricos, tanto en Reino Unido, como en la Unión Europea, que la SMMT habría cuantificado en el entorno de los 4.000 euros.
La industria del automóvil china la gran beneficiada
Asociaciones y patronales de la industria del automóvil como SMMT, en Reino Unido, y ACEA, en la Unión Europea, están pidiendo una nueva moratoria que evite la aplicación de nuevos aranceles. Estas organizaciones son juez y parte, en tanto representantes de la industria. ACEA llegó a cuantificar el impacto del arancel en hasta 4.300 millones de euros, en los próximos tres años, y la potencial perdida en la producción que conllevará el incremento de precios en 480.000 vehículos, en ese mismo período de tiempo.
Entre los miembros de la Unión Europea, y Reino Unido, mientras tanto, no parece que exista un acuerdo para prorrogar la moratoria. De hecho, hay miembros que han expresado su intención de mantener los acuerdos actuales, para que estos nuevos aranceles propicien la inversión de fabricantes de eléctricos y baterías, tanto en Reino Unido, como en la Unión Europea.
Los grandes beneficiados, una vez más, los fabricantes de coches y baterías en China. Fabricantes que ya habían visto repercutido un arancel por sus exportaciones a Europa y que, de incrementarse los precios de los eléctricos fabricados en Europa, gozarán de una posición aún más competitiva.