Sin duda esta siendo la noticia de la semana. El Gobierno de España enviaba a Bruselas su Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en el que detallaba algunas actuaciones para dirigir la recuperación tras la pandemia de la COVID-19 y avanzar hacia una economía más digital y sostenible, incluida la subida del impuesto al diésel. Pero la sorpresa llegaba con una medida que, aunque venía proponiéndose desde hace tiempo, ahora estaría más próxima que nunca. La generalización de los peajes en las autovías podría ser muy pronto una realidad y es que según este plan «es preciso desarrollar un sistema de pago por uso de la red de vías de alta capacidad». Ahora bien, ¿cuánto costarán los nuevos peajes?
¿Cuánto costarán los nuevos peajes?
Algunos medios ya han lanzado sus propias estimaciones de lo que podrían costar los nuevos peajes, basándose en las estimaciones de la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras (ACEX), que considera que para hacer «sostenible» la red de carreteras o, mejor dicho, para financiar su conservación y mantenimiento, sería necesario establecer un peaje de 4 céntimos de euro por kilómetro. Incluso el Director General de Tráfico se ha pronunciado al respecto de los peajes, saliendo en su defensa, sin considerar cómo podrían afectar a la seguridad vial.
Con un peaje de 4 céntimos de euro por kilómetro un viaje entre Madrid y Barcelona se aproximaría a los 25 euros, un viaje entre Vigo y Gijón más de 16 euros y un viaje entre Sevilla y Murcia cerca de 21 euros.
Peajes que aprieten pero no ahoguen
La estimación más próxima, no obstante, la hacía pública la Cadena Ser esta tarde. Según habrían adelantado fuentes del Ejecutivo, el Gobierno trabaja con la posibilidad de introducir peajes de 1 céntimo de euro por kilómetro recorrido en vías de alta capacidad, en autovías y autopistas. Si seguimos las comparaciones anteriores, un viaje entre Madrid y Barcelona costaría 6,21 euros, un viaje entre Vigo y Gijón ascendería a 4,04 euros, y un viaje entre Sevilla y Murcia costaría 5,23 euros.
La razón por la cual el Gobierno habría apostado por una tasa relativamente baja, o muy inferior a la que habitualmente se paga en los peajes que actualmente trabajan en España, sería mitigar el desencanto social y conseguir el apoyo de otras fuerzas parlamentarias.
El ejemplo a seguir para para implantar estos peajes sería el de Portugal, que grava el uso de sus vías de alta capacidad con una tasa por kilómetro moderada y emplea medios electrónicos, basados en cámaras, reconocimiento de matrículas y pasarela de pago virtual, para asegurar el pago de los peajes.