Automotive News publicaba el pasado jueves un artículo en el que avisaba de los problemas que están demostrando tener los automóviles 100% eléctricos cuando llega el verano y se producen episodios de calor extremo. Su noticia, en realidad, estaba basada en un estudio de Recurrent, empresa con sede en Seattle (Estados Unidos) que, entre otras cosas, analiza de una forma empírica muchos aspectos de la conocida como “movilidad sostenible” y de los vehículos con esta clase de sistemas de propulsión.
En esencia, el informe de la compañía en cuestión señalaba que un BEV puede perder casi un tercio de su autonomía habitual si se circula con temperaturas muy elevadas, propias de la temporada estival (en invierno, por debajo de cero grados, ocurre algo parecido). Concretamente, se trata de una reducción de hasta el 31%. Es decir, no afecta a todos los coches eléctricos por igual, siendo especialmente ventajosos aquellos que cuentan con sistemas de refrigeración para la batería muy avanzados.
Recurrent, que ha probado miles de turismos, SUV y camionetas totalmente eléctricos en una amplísima variedad de condiciones climáticas, asegura basándose en los resultados de sus exámenes que si el mercurio indica menos de 32 grados Celsius no es normal una disminución tan significativa. En tal caso, apenas se disipará un 5% del rango de alcance en promedio. Habitualmente, las dificultades llegan cuando el aire está a más de 38 (lo cual, por desgracia, es común en muchas regiones de España).
Una debilidad conocida por los fabricantes: datos avalados por 17.000 unidades y 65 modelos distintos
Según esta especie de consultora, se han tenido en cuenta un total 17.000 coches eléctricos e híbridos enchufables pertenecientes a 65 productos diferentes para determinar este inconveniente al que, pese a todo, pueden seguir compensando todas las ventajas de las que disponen los BEV. Se trata de un problema sobradamente conocido por las marcas que se dedican a diseñarlos y construirlos, poniendo de relieve que todavía estamos ante una tecnología incipiente y con mucho margen de mejora.
Al parecer, Recurrent no quiso dar a conocer los modelos con peor desempeño, aunque sí mencionó que los vehículos de Tesla tuvieron una degradación de la autonomía más pequeña que sus alternativas directas. A cambio, los automóviles de Elon Musk demostraron la brecha más amplia entre su alcance real y las estimaciones de la EPA. Cabe decir que turismos como el Model 3 equipan bombas de calor muy eficientes y altamente perfeccionadas para el sistema de climatización de la cabina.
“Se está trabajando para recopilar datos más detallados”, afirman desde AutoNews. Sin embargo, esto resulta complicado porque la mayoría de los desplazamientos tienen lugar muy temprano o muy tarde, momentos en los que las temperaturas no son tan altas con independencia de la zona geográfica. “La disminución del rango por el calor se debe a la química de la pila. A partir de 40ºC se rompe capa de emisión pasiva en el ánodo, consumiéndose el electrolito líquido. Esto acorta su vida útil”, concluyen.