El 24 de febrero de 1983, Peugeot presentó un modelo que iba a convertirse en uno de los más importantes de la casa francesa: tanto en el plano económico como en el mundo de la competición… sin olvidar la herencia que iba a dejar a los compactos que estaban por venir. El mítico Peugeot 205 acaba de cumplir cuarenta años y, por ese motivo, recordamos 6 de sus curiosidades.
Concebir el Peugeot 205 supuso todo un reto, ya que, a pesar de su tamaño de urbano, tenía que ser polivalente, cómodo en cualquier escenario, suficientemente amplio para una familia pequeña… y asequible. Lo logró porque se convirtió en ese utilitario de tamaño compacto, pero espacioso, que presumía de practicidad y, también, de eficiencia.
Se convirtió en el punto de partida de los urbanos de Peugeot dando el relevo a los 206, 207 y 208. Algo que hizo en 1998, después de estar quince años en producción y vender 5.278.050 unidades. Estas son sus peculiaridades más llamativas.
1. Un bálsamo económico
Cuando comenzaron los ochenta, la situación económica de Peugeot no era la mejor. Años antes, en 1976, compró Citroën creando el Grupo PSA-Citroën y, posteriormente, hizo lo propio con las filiales de Chrysler en Europa y con Talbot. Una estrategia que se convirtió en un cúmulo de deudas, que la marca francesa pudo solventar gracias al éxito que tuvo el Peugeot 205. Y es que siempre estuvo entre los más vendidos de aquella década.
2. El número sagrado
Dicen que por esa razón recibió el apodo interno de ‘Le sacré numéro’, es decir, ‘El número sagrado’. Este sobrenombre fue el que emplearon en su campaña de lanzamiento y también en los anuncios de televisión, que tuvieron gran efectividad.
3. Un diseño sin la firma de Pininfarina
Hasta entonces, la mayoría de los modelos de Peugeot habían sido diseñados por Pininfarina: no ocurrió lo mismo con el Peugeot 205. La marca francesa organizó un concurso interno, que ganó el equipo de diseño de la propia marca, dirigido por Gérard Welter, con un diseño más moderno y fluido. El interior fue obra de Paul Bracq, un ilustre del diseño automovilístico… y Pininfarina se conformó con la versión Cabrio.
Aquellas líneas establecieron algunos rasgos distintivos que se encontrarían en posteriores modelos de la marca como, por ejemplo, la parrilla con lamas horizontales y la franja situada entre las luces traseras.
4. El primero en muchas cosas
El Peugeot 205 fue el primer diésel pequeño que ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de sus homólogos de gasolina, pero con un consumo muy inferior (3,9 l/100 km). Se convirtió, también, en el primer diésel francés del segmento B.
En la casa francesa fue el primer coche que incorporó barras de torsión en la parte trasera para ampliar el espacio del habitáculo y el encargado de introducir la familia de motores XU con el XUD7: un cuatro cilindros de 1769 cm3 y 60 CV.
5. Su gama de motores
El 205 fue el primer Peugeot del segmento B que tuvo una gama de motores tan variada: sus potencias iban desde los 45 hasta los 200 CV. Cuando llegó al mercado, en 1983, estaba disponible con cuatro motores gasolina y uno diésel. Un año después, se amplió con los legendarios GTI y Turbo 16. Además, ofrecía una opción poco frecuente en el mercado en aquella época: cambio automático.
Hubo, también, con una versión de tres puertas y variantes que iban desde las más asequibles, como el Peugeot 205 Junior de 1986 que tenía asientos de tela vaquera, hasta las elegantes Lacoste o Gentry.
El mundo de la competición
El Peugeot 205 aterrizó en el mundo de la competición en 1984: fue entonces cuando, bajo la batuta de Jean Todt, el Peugeot 205 Turbo 16 debutó en el Grupo B del Campeonato del Mundo de Rallies. En 1985 y 1986, se llevó el título: Timo Salonen (1985) y Juha Kankkunen (1986) hicieron lo propio con el de pilotos.
Como a finales de 1986 ya no existía el Grupo B, Jean Todt propuso a Peugeot participar en el Dakar con un Peugeot 205 T16 adaptado: la victoria fue suya en 1987 y 1988, primero con Ari Vatanen al volante y un año después con Juha Kankkunen.