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Peugeot 908 RC (2006): el futuro eran los diésel de 12 cilindros

Esta es una historia de un pasado relativamente distante, pero no tan lejano. Todos tenemos muchos recuerdos de aquella felicidad pre-crisis, en la que apenas había paro y se vendían más de 1,6 millones de coches al año en España. En aquella época, el diésel dominaba con puño de hierro el mercado, y las marcas tenían claro que era la tecnología del futuro. Marcas como SEAT, Peugeot y Audi desarrollaron exitosos programas de competición con coches diésel, y plasmaron su visión de futuro en prototipos tan espectaculares como el Peugeot 908 RC.

En 2006, Peugeot no sabía que su futuro iban a ser los SUV y los crossover. Lo más «alto» de su gama eran monovolúmenes como el Peugeot 807 y su buque insignia era una gran berlina, el Peugeot 607. Pero Peugeot ya tenía aspiraciones premium, y esas aspiraciones estaban plasmadas en coches como el Peugeot 908 RC. Un espectacular coupé de cuatro puertas que jamás llegó a las calles, pero que en su versión conceptual logró robarnos los corazones. Lo más llamativo de este prototipo, en mi opinión, era su corazón mecánico: un turbodiésel de 12 cilindros.

Por desgracia, solo Audi llegó a lanzar un motor V12 diésel al mercado. Peugeot nunca llegó a hacerlo.

Peugeot 908 Rc 2006 12

Por aquél entonces Peugeot anunciaba su retorno a las carreras de resistencia, y volvía a LeMans con el Peugeot 908 HDi FAP, un monoplaza con motor diésel de 12 cilindros. Su motor era un escaparate tecnológico para sus coches diésel de calle, cuyos motores equipaban tecnología common-rail HDi, y además comenzaban a montar filtros de partículas (FAP). En anticipo a la llegada a los circuitos de este propulsor de alto rendimiento, unos meses antes, Peugeot lo montó en el espectacular 908 RC. Tenía 5,5 litros de cubicaje, dos turbos y 700 CV.

Este motor de altísimo rendimiento desarrollaba 1.200 Nm de par motor, transmitidos al eje trasero del 908 RC a través de un cambio secuencial de seis relaciones, diseñado para soportar los rigores de la competición. Aunque parezca difícil de creer, este motor era relativamente compacto y en este prototipo estaba montado en posición central-trasera, en sentido transversal. Esto permitía que el larguísimo 908 RC – medía 5,12 metros de largo – mantuviese un maletero trasero de 300 litros y no viera mermado el espacio interior para sus pasajeros.

Peugeot 908 Rc 2006 14

Al carecer de motor delantero tenía un maletero frontal de 220 litros.

Con un peso de 1.800 kilos, sus prestaciones fueron estimadas en 0-1.000 metros de solo 22 segundos, y una velocidad punta de más de 300 km/h. Para parar el coche, montaba frenos delanteros de 380 mm de diámetro y contaba con un tren de rodaje de altura, con llantas de 21 pulgadas en el eje trasero – 20 pulgadas en el delantero – calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport de 285 mm de sección. Más allá de la parte puramente técnica, era un coche de eterna longitud y rasgos muy elegantes, con ópticas tipo «ojos de gato» y un aspecto muy estilizado.

Personalmente, me quedo con algunos de sus detalles más icónicos: una gran calandra, la discreta rejilla trasera para el motor, su puesto de conducción adelantado y su enorme superficie acristalada, ideal para que sus cuatro plazas se bañaran en luz solar. Su interior fue pionero en elementos de equipamiento que ahora ya damos por hechos: por ejemplo, una instrumentación casi digital – solo las agujas eran analógicas – o una consola central donde una pantalla de orientación vertical y 10 pulgadas controlaba todas las funciones de infoentretenimiento.

Peugeot 908 Rc 2006 7

Algunos de sus rasgos estéticos se verían poco después en el Peugeot RCZ.

Peugeot nunca llegó a fabricar un 908 RC, ni una gran berlina de mayor tamaño que el 607. Ese segmento seguiría – y sigue – dominado por marcas premium alemanas. Un 908 hubiera tenido complicado encontrar clientes, mal que nos pese. Por fortuna, el V12 FAP fue todo un éxito en competición.

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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