Peugeot ha estado ligada a la competición de alto nivel desde hace décadas. Aunque muchos recordamos su participación en el Grupo B y en el WRC, tampoco podemos olvidar su gran importancia en la historia de las carreras de resistencia. Coches como el Peugeot 905, los Peugeot 908 HDi o los Peugeot 908 HYbrid4 se alzaron con la victoria en las 24 Horas de Le Mans en varias ocasiones. Peugeot Sport está lista para escribir un nuevo capítulo con el Peugeot 9X8 Hypercar, que competirá en lo más alto del Mundial de Resistencia.
Este coche ha sido desarrollado por Peugeot Sport y competirá en la categoría LMH del WEC, donde se batirá el cobre con el Toyota GR010 y un hipercoche que Ferrari está desarrollando, entre otros rivales. Es la categoría reina del Mundial de Resistencia, y tras la relajación de las normativas de la FIA, admite tanto prototipos diseñados ad-hoc, como versiones de competición de hipercoches de calle. El caso de Peugeot, al contrario que el de Toyota, es el de un coche de carreras diseñado a medida, sin lazos con un vehículo de calle.
Con todo, será un estandarte tecnológico para la marca francesa y su tecnología permitirá el desarrollo y avance de los vehículos de calle de Peugeot – especialmente los híbridos enchufables, y concretamente los híbridos enchufables deportivos con apellido PSE. Estéticamente, el Peugeot 9X8 es un regalo a la vista. Su frontal es tremendamente agresivo y presume de tres LED diurnos en posición vertical. El resto del vehículo responde a la filosofía de función dicta forma – en este caso, aerodinámica y normativas dictan forma.
Llama la atención, como es habitual, lo bajo que es el vehículo, lo adelantado de su puesto de pilotaje monoplaza y la ausencia de un gigantesco alerón trasero. Una aleta central esconde la admisión de aire del propulsor en posición central, mientras que la zaga es cortante y angulosa, destacando en ella la presencia de un difusor de dimensiones hercúleas. El mismo esquema de pilotos verticales se replica en la parte trasera. No caerá esa breva, pero sería una base excepcional para un hipercoche de producción en serie.
A nivel mecánico, el coche presume de un motor 2.6 V6 biturbo de 680 CV, conectado al eje trasero mediante una caja de cambios de siete relaciones – posiblemente, un cambio secuencial. Se trata de un híbrido, por tanto, cuenta con un motor eléctrico que mueve las ruedas delanteras. La máquina eléctrica desarrolla 272 CV y está alimentada por una batería de alto voltaje – 900 voltios – desarrollada por Peugeot Sport y una filial de TotalEnergies, con una tremenda capacidad para cargarse y descargarse a ritmos altos.
A falta de más detalles técnicos, llama la atención el llamativo puesto de pilotaje. Aunque es un puesto de conducción donde, de nuevo, función dicta forma, Peugeot Sport ha querido usar su característica paleta de colores y que fuese reconocible como un vehículo de la marca – y no un «simple» coche de competición.