Se ha convertido en toda una imagen histórica de la industria del automóvil, una de esas batallitas que nos gusta contar a los apasionados de los coches a aquellos neófitos que siempre encuentran apasionante el que en el pasado se estableciera una pista de pruebas en lo más alto de un edificio de la ciudad de Turín. El edificio Lingotto es uno de los grandes emblemas de FIAT, una fábrica donde no sólo comenzaron a establecerse los cimientos de la compañía, sino que también se pusieron a prueba los vehículos que harían soñar a miles de conductores.
La factoría tenía un diseño completamente espectacular, con una serpenteante rampa que te llevaba hasta la azotea, donde se establecía el trazado oval de 2,4 kilómetros (con su respectivo banking en los extremos), mientras que en las plantas inferiores se daba acceso a las materias primas y la zona de producción. Todo salió de la mente del arquitecto italiano Giacomo Mattè-Trucco, y su imagen exterior, con las grandes planchas de hormigón armado son toda una obra de ingeniería a destacar para la época en la que se construyó, en las primeras etapas del Siglo XX.
Las imágenes en blanco y negro de los vehículos rodando en la parte superior del edificio Lingotto se convirtieron en todo un icono, hasta el punto que lejos de ser considerada una pista de pruebas ultra-secreta, similar a la que tenía Audi en Desna, Checoslovaquia (al otro lado del telón de acero y lejos de miradas indiscretas), se convirtió en todo un emblema para FIAT.
Precisamente de esta planta salieron casi 80 modelos distintos del fabricante italiano, sin embargo, pronto quedó como una fábrica obsoleta, ya que su diseño no estaba listo para acoger el ritmo de evolución de la demanda de automóviles. Con la construcción paralela de las instalaciones de Mirafiori, Lingotto fue perdiendo protagonismo dentro del sistema productivo de la marca, aunque mantuvo su actividad prácticamente hasta la década de los ochenta. A partir de ese punto, el arquitecto Renzo Piano es el encargado de pensar en una modernización y remodelación del edificio para acoger nuevas actividades, hasta el punto de que en su seno aparecieron cines, zonas de tienda, otros centros de ocio y conciertos e incluso un hotel.
La Pista 500, el jardín colgante más grande de Europa:
Para todos los enamorados del automóvil casi era una visita obligada el acercarse a este hotel de cuatro estrellas en el centro de Turín, aunque no se pudiera rodar con tu propio automóvil en el corto trazado de la parte superior. Allí se había mantenido prácticamente invariable todas las estructuras, en un complejo que en total sumaba más de 20.000 metros cuadrados y que la familia Elkann-Agnelli se ha encargado de modernizar durante los últimos años.
La última sorpresa llegaba este miércoles, cuando FIAT ha presentado sus proyectos bautizados con los nombres de Casa 500 y La Pista 500. El primero de ellos hace referencia a una nueva exposición en la cuarta planta de la Pinacoteca Agnelli en la que se hace un repaso por la historia del FIAT 500 ahora precisamente que empieza su era eléctrica.
Sin embargo, es La Pista 500 la que nos ha hecho dar un vuelco al corazón: la imagen de la pista oval ha quedado completamente transformada y ahora da cabida al jardín colgante más alto de Europa, con más de 40.000 plantas. Esta reforma ha sido liderada por el arquitecto Benedetto Camerana, asistido por la botánica Cristiana Ruspa, dando lugar a un espacio en el que se admitirán vehículos eléctricos, incluidas bicicletas y scooters, pero que sin duda ha perdido parte de ese sabor añejo que tenía un emplazamiento histórico.