Los coches chinos ya son una realidad tangible en el mercado europeo, descubriendo así un grave problema de la industria automovilística europea en tanto a competitividad. Sobre la mesa hay diferentes soluciones para paliar esta situación, pero ninguna llegará a tiempo y de un modo u otro su efectividad está en seria tela de juicio. Por ello desde Renault se ha lanzado una propuesta que, aunque a muchos pueda sonar a locura, podría tener mucho sentido para asegurar la superviviencia de los fabricantes de coches europeos.
Una alianza a nivel europeo capaz de plantar cara a China
Coincidiendo con la celebración del salón del automóvil de Ginebra, el lanzamiento de una novedad tan importante como el Renault 5 y el hecho de tener toda la atención de los medios para sí, el CEO de Renault y actual presidente de ACEA, Luca de Meo, ha lanzado un interesante globo sonda para que sea escuchado en toda Europa.
De Meo, un directivo de gran reputación, amplia trayectoria y conocido por su estilo de hacer las cosas de una forma «diferente», ha hablado en diferentes ocasiones sobre el desafío que supone la irrupción del coche chino en un mercado como el europeo, un mercado que a día de hoy está siendo incapaz de responder a la ofensiva china ante la inflación de precios que sufrimos y la apuesta del grueso de los fabricantes por el reposicionamiento de sus productos hacia una visión más premium que aporta menores ventas, pero sí mayores márgenes de beneficio.
Si bien desde la Comisión Europea se está trabajando en la posible introducción de aránceles y desde gobiernos como el francés, en la discriminación positiva de los eléctricos producidos localmente para acceder a las subvenciones, lo cierto es que todavía hoy no existe un consenso a nivel europeo sobre cómo afrontar esta situación de falta de competitividad frente al «tsunami» chino.
Es por ello que la propuesta de Luca de Meo da cuando menos para reflexionar. A grandes rasgos lo que propone de Meo es crear una estrategia a nivel europeo en la que las marcas y los países comunitarios colaboren bajo un mismo objetivo. Se trata de crear una empresa participada por todos los países productores de automóviles en sus diferentes niveles de implicación, dando así lugar a un consorcio multinacional que replique lo conseguido con Airbus en el sector de la aviación.
A grandes rasgos, la propuesta del actual CEO de Renault es elevar un nivel más los acuerdos de colaboración que ya existen entre algunos fabricantes. El desarrollo conjunto de plataformas y motores modulares para reducir costes es habitual en la industria del automóvil, sin embargo estos acuerdos no son lo suficientemente capaces a nivel de reducción de costes como para efrentarse a los coches chinos que comienzan a verse rodando por Europa.
De Meo propone un acuerdo que estandarice la fabricación de baterías, propulsores y electrónica de potencia, creando así un hardware común que podría ser usado por multitud de fabricantes europeos a un coste mucho más reducido que el actual. El resto del desarrollo y componentes de los vehículos correría a cargo de cada marca o grupo, pero el uso de ese hardware común permitiría abaratar el precio final de los coches eléctricos y así conseguir que las marcas europeas se muestren competitivas frente a sus alternativas fabricadas en China.
¿Es posible crear un Airbus del automóvil en Europa?
¿El problema? Si bien la propuesta de Luca de Meo se antoja interesante, el tiempo juega en contra de la industria automovilística europea, lo que unido a los intereses individuales de cada marca y país, además de una clara falta de consenso sobre cómo actuar frente al «tsunami» chino, hacen difícil pensar que Europa sea capaz de reaccionar a tiempo, y sobre todo con la contundencia necesaria como para revertir la situación actual.
Fuente: AutomotiveNews