La industria del automóvil española sigue esperando la llegada de un nuevo plan de ayudas a la compra de automóviles nuevos, una revisión de los planes que anime el mercado y, sobre todo, que anime a los compradores a renovar su coche. Aunque las matriculaciones en España siguen creciendo, un 11,2% interanual en mayo, y un 7,3% en los primeros cinco meses de 2017, hemos de tener en cuenta que los responsables de este crecimiento siguen siendo principalmente las empresas, y el sector del alquiler de coches. Si nos centramos en los particulares, el crecimiento en lo que llevamos de año se sitúa en apenas un 2,1%. Ahora bien, ¿animará un nuevo Plan PIVE 2017 a los compradores particulares? ¿cómo se articulará este plan de ayudas? ¿se quedarán fuera los diésel?
Si el acceso a créditos y, sobre todo, las perspectivas económicas de las familias españolas no mejoran, es difícil imaginar que unas ayudas que en ningún caso se espera lleguen a los 1.000€ que se llegaron a ofrecer con el antiguo Plan PIVE, sean suficiente estímulo para animar a estas familias a renovar su coche. Como bien decía ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), con más de 3 millones de personas que han visto mermados sus ingresos en los últimos años, no resultará sencillo que las familias españolas se animen a adquirir coches nuevos y ayudar a renovar un parque automovilístico en el que habría más de 8 millones de coches con una antigüedad superior a los quince años y cerca de 2 millones de coches con más de veinte años.
Regresando al tema de las ayudas, la presencia en los Presupuestos Generales del Estado de una partida de 66,6 millones de euros, de los cuales 50 millones podrían emplearse en un nuevo Plan PIVE, y las intenciones declaradas del Gobierno, nos invitan a pensar que antes de que acabe este año efectivamente habrá un nuevo plan de ayudas.
¿Pero cómo se articularán las ayudas de este nuevo Plan PIVE?
Los 16,6 millones de euros restantes, sabemos que han sido asignados al Plan MOVEA, que subvencionará la compra de eléctricos, híbridos enchufables y energías alternativas como el gas licuado del petróleo (GLP) y el gas natural comprimido (GNC). Quedaría definir cómo se emplearán los 50 millones de euros con que ha sido dotado el Ministerio de Energía para apoyar la adquisición de vehículos de bajas emisiones.
La posibilidad de que los diésel queden fuera de estos planes estaría en el aire. Los escándalos a los que hemos asistido en los últimos años, tras el fraude de las emisiones de Volkswagen; la problemática de los episodios de contaminación en las grandes ciudades; y la certeza de que muchos diésel bajo la Euro VI siguen emitiendo cantidades de NOx muy superiores a las homologadas, hacen que su compatibilidad con estas ayudas penda de un hilo. Aún sabiendo que el Gobierno a hecho pública su disposición a que los diésel no sean perjudicados.
Lo que sí está claro es que, si los diésel quedaran fuera de este plan de ayudas, habría que encontrar una nueva clasificación para los vehículos que pudieran acogerse a ellas. Una clasificación en la que no solo se tuviera en cuenta el rendimiento energético, y las emisiones de CO2, que eran los factores que se tenían en cuenta en las anteriores ediciones del Plan PIVE.
Mientras tanto, y sin necesidad de que los diésel reciban el agravio de quedarse fuera de estas ayudas, los diésel siguen perdiendo terreno en España. Esta tendencia, que os venimos confirmando desde hace tiempo, ha llevado a que durante tres meses consecutivos, entre marzo y mayo inclusive, los diésel no hayan llegado ni tan siquiera a alcanzar una cuota de la mitad de las matriculaciones totales. Hablamos de la cuota más baja para el diésel desde hace dos décadas, desde 1998.