Una de las noticias más controvertidas de 2018, sin lugar a dudas, fue la que apuntaba a la fecha en que se certificaría la muerte del diésel y la gasolina. Antes de que el Gobierno lo propusiera formalmente y, según reconocía el sector, sin diálogo alguno con la industria del automóvil, se filtraba un borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que apuntaba a dos fechas clave para certificar la muerte del diésel y la gasolina, 2040 para el fin de las ventas y 2050 para prohibir su circulación. La anterior legislatura no fue suficiente para que la ley saliera adelante, pero la victoria de Pedro Sánchez en las pasadas Elecciones Generales y la posibilidad de que articule mayoría suficiente para ser investido, hacen que esta ley, de nuevo, esté más cerca que nunca. De hecho, el equipo de Sánchez planea presentar esta ley y, de conseguir suficientes apoyos, aprobarla al comienzo de la nueva legislatura.
La fecha de la muerte del diésel y la gasolina
La Unión Europea sigue revisando sus objetivos de descarbonización que, de momento, no son tan ambiciosos. El último plan presentado, y aprobado, propone la reducción de un 40% de las emisiones de CO2 hasta 2030 y que para entonces el 35% de los coches vendidos sean eléctricos. Mientras tanto, nuestros vecinos franceses han aprobado un plan similar al que se había propuesto en España, Francia cesa las ventas de diésel y gasolina en 2040.
España pretende seguir los pasos de Francia. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética fue revisada, tras la polémica suscitada en 2018, y se presentó formalmente un nuevo borrador en febrero de 2019. Pero, de nuevo, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Justa – sí, su nombre es así de largo – que pretende implantar el Gobierno de Sánchez sí habla de las dos fechas clave que se propusieron inicialmente, de 2040 y 2050.
El objetivo en el que se trabaja es que en 2040 todas las ventas se correspondan con coches cero emisiones.
Según este Plan Nacional (lo puedes leer en la web del Ministerio para la Transición Ecológica), el objetivo es convertir a España en un país neutro en carbono en 2050. Y eso muy probablemente implique que, salvo excepciones muy concretas, se prohiba la circulación de diésel y gasolina.
Para anticiparse a ese escenario con suficiente antelación, se propone que no más tarde de 2040 solo se comercialicen vehículos con emisiones de 0 g/km de CO2, es decir, que ya no se comercialicen ni diésel, ni gasolina, ni coches con motor de combustión interna, lo cual incluye a los híbridos.
Coincidiendo con la nueva ronda de consultas que ha abierto Pedro Sánchez para buscar apoyos para la investidura, el PSOE presentaba un plan, que en realidad es un resumen del programa electoral con el que se presentó a las pasadas Elecciones Generales, en el que de nuevo apunta a la Ley de Cambio Climático. Y el compromiso de Sánchez, de revalidar en la Moncloa, sería precisamente el de «iniciar de inmediato la tramitación del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, así como la implementación del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Justa».
En cualquier caso, la urgencia para aprobar esta medida podría no ser coherente con otro de los compromisos de Sánchez, que también aseguraba en su programa que apoyaría «el desarrollo del acuerdo del gobierno con el sector para facilitar la transformación y potenciación de acuerdo con las nuevas exigencias de producción de vehículos no contaminantes».