Los coches no son los únicos que contaminan, y creo que es el pensamiento necesario para hacer una guerra más justa hacia las emisiones de CO2 y NOx. Y es que ya no solo otros medios de transporte como el avión o barco resultan más nocivos para el medioambiente, sino también la propia fabricación de estos. Así, el Grupo Stellantis ha tomado cartas en el asunto instalando una planta fotovoltaica de 30.000 m2 en su fábrica de Madrid para reducir las emisiones de CO2 y cubrir el 30% de las necesidades eléctricas de la planta de manera limpia. ¿Realmente esta transición a lo eléctrico es lógica?
A través de estos 30.000 m2, lo equivalente a cuatro campos de fútbol, que se dice poco, Stellantis ha instalado una planta fotovoltaica que produce electricidad limpia y sostenible a través de 15.000 módulos fotovoltaicos. Esto ha sido posible a la colaboración entre el consorcio francés y Endesa X, y fue inaugurada ayer.
La fabricación de coches también contamina, y así es como Stellantis quiere remediarlo
Este mastodonte energético cuenta con una potencia instalada de 6,7 MWp, capacidad que permite cubrir algo más del 30% de las necesidades eléctricas que tiene la fábrica de Stellantis en Madrid. Sobre el papel esto se traduce en un ahorro energético de 8.000 MWh al año, así como reducir en 2.546 toneladas métricas las emisiones de CO2 que produce la fábrica anualmente.
En la práctica, el grupo francés asegura una importante reducción de consumo de electricidad, gas natural y agua durante los últimos años por coche fabricado. Concretamente, Stellantis ha bajado en un 22,4%, 21,3% y 15,1% respectivamente, cifras que se esperan mejorar de ahora en adelante con la presencia de los nuevos módulos fotovoltaicos.
Esto será posible comprobarlo a rajatabla de la mano del Servicio de Gestión Energética (SGE) con el que cuenta la fábrica madrileña. Por medio de este, Stellantis podrá monitorizar la energía producida por la instalación fotovoltaica, la energía autoconsumida y los ahorros producidos, así como el consumo en tiempo real para detectar anomalías y estudiar sus causas.
Ahora bien, ¿cuánto de contaminante ha sido está construcción? Lo cierto es que no se puede determinar de una manera clara y concisa, pero al igual que fabricar un coche eléctrico contamina, también lo hace idear e instalar sistemas que reduzcan el impacto que genera su gestación.
Y es que pensándolo detenidamente estamos hablando de una superficie de 30.000 m2 para poder albergar la planta fotovoltaica y así hacer que poco más del 30% de las necesidades energéticas de la planta de Stellantis sean limpias. Esto quiere decir que aproximadamente un 67/68% de la energía restante -de una fábrica de coches, que no es precisamente poca- sigue siendo nociva, por lo que planteo la siguiente pregunta: ¿realmente ha merecido la pena el esfuerzo y contaminación necesaria para crear esta planta que limpia un 30% de la energía? Puede que la contaminación global producida haya superado los niveles previos a su instalación, y puede que la transición energética no sea tan limpia como parece.